miércoles, 19 de noviembre de 2008

En este año que (todavía no) termina

¿Que resuma en 365 palabras lo más destacable de este año?

Si hay dos términos incompatibles en este mundo (además de tuno y estudioso), es servidora y resumir.

Lo más destacable, sin duda es la creación de este magno blog que ha recibido adhesiones sin fin y, con suerte, será un viaje a Nueva York por obra y gracia de Atrápalo, noble institución a cuyos pies (y a los de su señora) me pongo inmediatamente.

¿Cómo se resume un año? Estoy buscando mi recurso más habitual: el plagio, digo.... la inspiración.

Y solo recuerdo 2 discursos anuales, uno dice algo de orgullo y satisfacción, pero como no lo veo desde que compré pilas para el mando, me fijaré en otro que desde que empecé a trabajar, (y hace ya...) me he visto obligada a presenciar, siempre bajo las más tremebundísticas coacciones.

Aunque cambies de empresa siempre lo da el mismo tío. O a mi por lo menos me parece el mismo, es un tipo cincuentón con traje gris marengo que no sabe quién eres durante 364 días del año, pero que el 20 de diciembre siente el irrefrenable impulso de “alzar su copa” y decir

- Este año que acaba...

y ahí, año tras año, se me nubla el sentido y no sé cómo sigue. Para mí que son palabras-clave hipnóticas, que hacen que me quede sumida en un trance espacio temporal.

Entre brumas oigo que dice algo de objetivos, de crecimiento, y de que todos hemos de esforzarnos mucho para que sus hijos sigan estudiando en una universidad privada del extranjero y que nos da una copa de cava Día para que nos olvidemos de la inexistente subida salarial.

En una fiesta de una ex-empresa, al jefe le abuchearon y llamaron de todo durante su discurso. Me contaron que al hombre se le veía hasta avergonzado. Pero hombre, si eres directivo no tengas vergüenza, ni madre, que ambos resultarán muy perjudicados.

Se me acaban las 365 palabras y ni he encontrado inspiración, no he dicho “penas y alegrías”. ¡Hombre por Dios! ¿Qué clase de resumen anual es este? Y ya solo me queda una palabra, así que va a ser ¡VOTADME!





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martes, 11 de noviembre de 2008

Nooo, si yo no tengo prisa.

Ayer fui a una "gran superficie", llevada quién sabe por qué extraño impulso autodestructivo. Lo peor, sin embargo, llegó en las cajas:

Colas de carros monstruosos, que se desbordaban, destinados todos a "La gran familia", sin duda alguna. Que los padres pagan, mientras el abuelo busca a Chencho.

Cola rápida, desde luego, no había. Había una para "futuras mamás", yo te digo que si llega ahí una futura mamá e intenta que se quite todo el mundo, más le vale ser Chuck Norris de 7 meses (Chinorri para los amigos).

Yo que llevaba literalmente 2 cosas, me puse en la de "solo cestas", no había límite de artículos, así que si llevabas media sección de lacteos, pero en cestas, pues colaba. También valía llevar las cosas en la mano, con lo que si además de todo eras malabarista, te podías entretener haciendo malabares con los actimeles de la otra mitad.

La espera fue casi eterna, como se veía venir. También vi venir a la típica señora que se te intenta colar. Es alucinante: ¿las pone el ayuntamiento?

Perdón ¿las ponen todos y cada uno de los ayuntamientos de municipios, pueblos, aldeas, pedanías y partidos judiciales de España (y parte del extranjero)?

Me pasa en Madrid, me pasa en la periferia, me fui este verano a un pueblo de 200 habitantes, entramos a comprar la primera tarde en el súper del pueblo y.... ¡Ahí estaba una esperándonos! Por favor, si parece una persecución de esas de pelí de terror, que crees que ya se ha muerto el malo y les reaparece cuando están diciendo los protas "Ya ha pasado todo, Mary Jo".

Pues eso, que se iba poniendo a un lado, y cada vez que el de delante de mí avanzaba, ella avanzaba un poquito más que yo.

Esa gente podría ser grandes figuras del curling o cómo se llame eso que van como barriendo, porque ¡cómo siguen a un objetivo! ¡Y cómo preparan el camino! son súper concienzudas y tienen una técnica, que no sé cómo no somos una potencia mundial en ese deporte. Si se hiciera con carros de la compra ¡Medallero español!

Así que yo la lancé la típica mirada de "Señora, usted no se me cuela".

Como estaba tan pegada a mí y era más bajita que yo (por eso no se me cuelan, que si fueran el citado Chinorri, todavía seguiría ahí plantada), fue muy impactante,
porque me quedé un buen rato mirándola insistentemente a los ojos. Que un poco más, sube la música y nos damos un beso que ni el de Casablanca.

Afortunadamente no pasó eso, cuando se estableció el contacto visual, desapareció el otro contacto, y aunque siguió a un ladito, en vez de detrás (aaaay, esos conceptos que no se aprendieron bien en la guardería, como la fila india, nunca se aprenden bien), pues renunció a colarse.

Y es que parece que no, pero lo entienden todo ¡Animalitos!

Lo que siempre me ha fascinado de esta gente, es que si están en una cola de 17 personas, solo intentan colarse al de delante. Hombre, por favor! Póngase el primero en la fila! Qué falta de miras, qué pocos objetivos, así no consigue usted medalla, como mucho diploma olímpico.

Y después cuando les pillas, siempre se ofenden horripilantemente, cuánto más se ofenden, más claro es que se querían colar, es una relación directamente proporcional que están estudiando matemáticos de todo el mundo.

Y siempre responden "No, si yo no tengo prisa". Pues si no tiene prisa no se cuele, buena mujer, cuélese el día que tenga prisa.

Lo dicho: no saben ni cuándo ni a quién colarse ¡Y así va España!