miércoles, 29 de agosto de 2012

El post-it misterioso



Está lo del trabajo, muy malito, no sé si os habréis dado cuenta.

Ah, bueno que sí, pero solo porque lo comentamos en este blog hace poco ¿no? Que si no, ni idea.

Bueno, pues que debe ser verdad, porque hace unas pocas semanas encontré un post-it pegado por dentro, en la puerta del baño de mi oficina.

Y tenía escrito, con boli azul (el bolígrafo, si es azul, todo el mundo sabe que es más familiar que el negro que es más serio, más profesional y el rojo, más sancionador, tipo madre), el siguiente reclamo publicitario, que a lo mejor era...


1) BUSCO TRABAJO FIJO O EVENTUAL

Sé aprovechar cualquier oportunidad que se me presenta en la vida, como estar en este un baño por el que pasa mucha gente.

Y además tengo una mente abierta a los nuevos tiempos y nuevas oportunidades de negocio. Eso, y un paquete de post-it nuevos!

Si tienes alguna oferta, déjame otro post-it


O quizá era...

2) BUSCO TRABAJO FIJO O EVENTUAL

Sé preparar buen café y hacer fotocopias

Y cosas menos importantes como diseño gráfico, márketing...

Ai can spik in inglis very guel.

Si tienes alguna oferta, déjame otro post-it


O quizá...

3) BUSCO TRABAJO FIJO O EVENTUAL

Sé estar más de cuatro años seguidos con contratos eventuales, en la misma empresa.

Así que tengo experiencia en "eventual". En fijo no, pero aprendo rápido.

Idiomas: Soy capaz de no reírme cuando mis jefes hablan en inglés delante de mí.

Si tienes alguna oferta,  ¿qué haces en esta empresa?.

Nota: muy listo, muy listo, pero el "fijo" no se había dado que había entrado en el baño de mujeres, no es por nada.


O fue...

4) BUSCO TRABAJO FIJO O EVENTUAL

Sé que en esta empresa no tengo ningún futuro, haciendo lo que hago.

Y por eso he terminado por dedicarme a dejar estas notas en los servicios de mi empresa.

Si tienes otra oferta mejor, puedes dejarme otro post-ít en esta puerta.

Y si eres mi jefe y has reconocido mi letra, puedes dejarme la carta de despido, encima mi mesa.


Cómo habréis visto, esta persona buscaba trabajo fijo o eventual, o más probablemente, que le pusieran de patitas en la calle, si a alguien no le hacía demasiada gracia la broma.

Y sí, no he buscado títulos diferentes, ni fijos, ni eventuales.

Para acabar os contaré que en mi primer puesto de trabajo "serio" (digo serio porque en los anteriores, no paraba de reírme) le pedí un día a la encargada de material que me diera unos "post-it" y me contestó que qué era eso.

Bueno, eran otros tiempos, todavía era algo relativamente moderno, yo no estaba familiarizada con el mundo laboral, así que estuve un buen rato explicándole:

- Son unos papelitos amarillos que se pegan y se despegan...
- Ah, ya sé lo que son, pero no te entendía ¡Cómo se llaman posi, y los has llamado post-it!

Pues eso, amigos, si os veís con ganas de desvelar el misterio del posi-tivismo, podéis contestarme en los comentarios, además de decirme que soy muy bella e ingeniosa (hace tiempo que no lo escucho)

Y el primero que acierte, una vez más, podrá decidir entre tres magníficos premios:

- El tema de una próxima entrada.
- Ser el primero en ver la imagen de mi avatar (cuando lo tenga, entiéndase)
- Un paquete de post-it, incluso si se pone farruco, de posi-s.

¿Qué los peores premios que os han ofrecido en la vida después de aguantar un rollo sin sentido?
¡Cómo se nota que no habéis ido a una presentación multipropiedad!


martes, 7 de agosto de 2012

Diga AAA

Una de las cosas buenas que tienen las vacaciones es que,  para empezar son vacaciones, e incluso esos días que no vas a ninguna parte, por fin descansas y puedes disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

Esos que la gente que tiene muchísimo dinero dice que son los mejores de la vida y que podemos disfrutar todos, mientros ellos, pobres, se tienen que conformar disfrutando de sus mansiones y piscinas climatizadas.

Por ejemplo, puedes levantarte tranquilamente a las diez de la mañana, y tranquilamente utilizar sin prisas al baño, y en vez de ducharte en cinco minutos para después secarte el pelo, a la vez que te lavas los dientes, poder darte una larga y relajante ducha mientras escuchas:

- Abre la boca, a.

¿Qué? ¿Cómo ha venido mi médico hasta mi casa a examinarme la garganta? Con el palito ese grimoso que te mete en la garganta, qué asquín. Ah, no son mis vecinos, que en estas casas, ya se sabe, se oye todo.

Se ve que ellos también están de vacaciones, que entrañable escena: El papá pasa sus días libres ocupándose de su hijo.

Continuo duchándome

- Abre la boca, a.

Debe ser que le está lavando los dientes. Parece que no, pero estas cosas refuerzan los vínculos padre-hijo. Como que te enseñen a montar en bici, o pescar. Se ve mucho en los anuncios de seguros.  Me lavo el pelo.

- Abre la boca, a.

Parece que le cuesta estrechar los vínculos. Me echo el suavizante.

- Abre la boca, a.

Hijo mío ¿No has pensado probar con otra vocal? Decido utilizar por fin la mascarilla esa para el pelo que me dieron de muestra, hace por lo menos tres meses

- Abre la boca, a.

¿Dónde habré oído esto antes?

- Abre la boca, a.

Quizá podrían estrechar vínculos más bajito. Casi dejo lo de la mascarilla esa para otro día.

- Abre la boca, a.

Otro verano, incluso.

- Abre la boca, a.

Porque estas cosas no caducan.

- Abre la boca, a.

Como los potitos ¿no?

- Abre la boca, a.

Si admites sugerencias, la "e" es una letra que mola mucho más. Me termino de aclarar y salgo de la ducha.

- Abre la boca, a.

Me voy al dormitorio, me visto con calma, vuelvo al baño y escucho:

- Abre la boca, a.

Menudo golpe de efecto, esto sí que no me lo esperaba.

Bueno, me voy a secar el pelo. Cuando apago el secador oigo:

- ¡Que abras la boca, moño!

No, no me voy a hacer un moño, mejor lo llevo suelto. Algunas palabras, a pesar del volumen, no las escucho muy bien pero las adapto teniendo en cuenta que el niño tiene unos dos años y medio.

- ¡Que abras la boca, moño!

Oiga de verdad, si no me da el pelo para un moño, si lo llevo corto. Muy fresquito.

- Buaaa.

Para el verano ¿sabe?

- ¡Abre la boca, moño!

- BUUUUAAAAAA

Yo diría que la boca el niño, la está abriendo por lo que grita, o eso, o es ventrílocuo. Mientras, intento delante del espejo, confiándome en un potingue misterioso, que mi pelo tenga el aspecto que yo quiero y él, no.

- Abre la boca
- BUUUUAAAAAAAAAAAA

Hombre, qué quieres que te diga, tanto insistir en la A, ya sabía yo que iba a acabar así. Que mira, que yo creo que el pelo, así como ha quedado, está muy bien.

- BUAAAAAAAAAAAAA

- ¡CÁLLATE!

En qué quedamos hijo, abre la boca, o la cierra.

- BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

- ¡QUE TE CALLES, COSER!

Di que sí, que es muy importante que los niños aprendan a coser desde pequeñitos, que luego acaban como yo, que no me coser ni un bajo de los vaqueros.

- BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

- ¡QUE TE CALLES, COSER!

Y luego fíjate, parece que no, pero te gastas un dinero en llevar la ropa a que te cojan el bajo.

- BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

- ¡CÁLLATE, CÁLLATE, CÁLLATE!

Y luego a veces, no te dejan la ropa como tú quieres, y te quedan los pantalones rabicortos, que tengo yo unos de pana marrones que. Ah, que ya no estamos cosiendo. Bueno, pues me voy.

Me preparo el desayuno, que me tomo sin prisas, y vuelvo al lavabo a lavarme los dientes, para escuchar: ¡Oh, milagro! La paz, el sosiego, no se oye nada, qué relax.

Hasta que de repente ¿Qué escuchan mis oiditos?

- QUE ABRAS LA BOCA
- BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA



Y de fondo, algo nuevo:
- El chatarrero oiga, el chatarrero, en la puerta de su casa.

Desde luego, como en casa de uno, no se está en ninguna parte ¿Eh?



NOTA QUE NO TIENE NADA QUE VER: Aprovechando que renovaba un poquito el diseño de esta santa casa (oh, qué bonito ha quedado), vamos a aumentar el plazo para votar en las encuestas sobre Edwina. 

Os exhorto para que sigáis votando, especialmente opciones que plazcan a la autora,  sobre todo porque había pensado que quizá pudiera ir llamando por las puertas de la gente diciendo "Edíteme usté este libro, que mucha gente me ha dicho que lo va a comprar".

Pero si les digo que lo que tengo son 30 que dicen que sí, y 14 personas diciendo que no se comprarían ni por menos de un euro, no me edita ni me abuela (q.e.p.d)