jueves, 19 de diciembre de 2013

Me caso con este vestido, ah y con mi novio también.

Me llamo Sandra Lee, tengo 23 años, soy de Lakesfield (Alabama) y he venido a comprar mi vestido de novia.

Mi prometido se llama Skipy (o cómo se escriba, porque francamente este es un nombre del que me daría vergüenza dejar constancia por escrito) y sé que es el hombre ideal para mí porque es muy romántico y un auténtico caballero.

Nos conocimos en la universidad y me pidió que me casara con él en cuánto nos graduamos. Mucha gente aquí en el Sur, os dirá que se comprometió al acabar los estudios, pero es que Skipy me lo pidió literalmente en el mismo momento en que acabamos. En cuánto tiramos los birretes. Es más, me pidió matrimonio escondiendo el anillo en el birrete.

Yo tardé en enterarme, la verdad y ya empezaba a preguntarme porqué me perseguía por el campus tirándome el birrete a la cabeza, una y otra vez como quién le tira un freesbee a su perro. Pero fue una petición de mano muy romántica. Solo lo enturbió un poco la aparición de la policía del Campus que había recibido el aviso de que una chica estaba siendo agredida con un birrete arrojadizo.


Sé que mi prometido es romántico por lo de la petición de mano y porque cuando vamos a un restaurante siempre pide la comida por mí. Y eso en las películas siempre es señal de que un hombre es romántico, así que yo - cuando no tenía novio -  si tenía una cita con un chico y él me dejaba escoger mi propia comida por mí misma, como si yo fuera una persona mayor de 7 años sin deficiencias sensoriales, le dejaba inmediatamente.

Que ya he dicho que en las películas eso les encanta a las chicas. Ellas sabrán por qué, pero probablemente será porque Mathew McCone ... (si no sé escribir el nombre de mi novio, ¿creéis que sé escribir el de este tío?) no tiene la fijación por la pasta a la carbonara que tiene Skipy, creo yo.

He traído para esta prueba a mi madre, a mi tía Louella, mi hermana Kathryn, mis ocho damas de honor y unas primas mías de Winsconsin que no sabía que tenía hasta el verano pasado.

Me caso dentro de un año y medio, y para que no se me eche el tiempo encima llevo tres meses llevando a rastras a 14 bellezas sureñas por todo el estado. Antes venía también mi abuela Nanna, pero a la cuarta tienda nupcial me trajo un certificado médico de su geriatra.

Así que aquí estamos, esperando en un saloncito decorado (como el resto de la tienda) en colores pastel, de la tienda más grande de vestidos de novia de todo el Sur a que aparezca la dependienta, perdón la asesora, para perder con nosotras de una a tres horas y ayudarme a colocarme una media de 5 vestidos, lo que equivale a unos 48 metros de chantilly, tul, shantung y cualquiera otro tipo de tejido misterioso que no existe fuera del mundo de los vestidos de novia.

La dependienta aparece con su ropa negra y melena rubia de rigor. Y es que todas las dependientas de tiendas de novia del mundo tienen un código de vestimenta que prohibe cualquier color diferente al negro, o están de luto por la muerte de sus esperanzas profesionales, digo yo.

Cuando ve a tanta gente abarrotando la salita (hasta mi mejor amiga Shandy se ha tenido en las rodillas de mi mejor amiga Mindy) parece que le da un vahído, pero se repone rápidamente y pregunta:
- ¿Quién es la novia?
- Yo
- Y ¿quiénes son todas estas bellezas sureñas que te acompañan? ¿El coro parroquial de tu pueblo, bonita?

Media hora  y catorce presentaciones más tarde,  me pregunta que cómo quiero mi vestido:

- Me gustan con escote palabra de honor, escote corazóncorte tipo A, de baile y con mucha pedrería y que realce mi figura.

Se disculpa muy fina y veo que sale al pasillo, aunque entorna la puerta puedo oír como le pide una aspirina a una compañera. Vuelve a entrar y me sonríe.

- Bien. Y ¿algo más?
- Ah sí! Quiero parecer una princesa.
- Qué raro, es la primera vez que nos lo piden. Y ¿cuál es el límite de tu presupuesto?
- Entre tres mil y cinco mil dólares.
- ¿Conoces el concepto límite?
- ¿Cómo?
- No, nada, que quién paga
- Lo paga mi madre.

Entra la otra dependienta con la aspirina y un vaso, que mi madre le quita al momento y se lo toma todo de un trago.

Pasamos a los percheros y mis ocho mejores amigas corretean como locas cogiendo este y aquel vestido, entre risitas, mientras mi madre, muy seria le insiste a la dependienta:
- Quiero que mi hija parezca una princesa.
- Oh, vaya, intentaré acordarme de ese detalle.

Al fin, entro en el probador y espero a la dependienta, que tarda en venir porque ha sufrido una caída y un ataque de asma por el peso de 47 metros de tul ilusión.

Al fin me pruebo el primero: lo bueno es que no hace falta que compremos tarta, porque yo puedo hacer las veces. Salgo al salón donde espera hacinada toda mi corte, nada más entrar oigo un OOOOOOOOOH que creo que es de admiración, pero quizá no lo sea porque seguidamente se escucha:

- Brilla poco.
- Cuánto brillo

- Me gusta la parte de arriba, pero no la de abajo
- Me gusta la parte de abajo, pero no la de arriba.
- Mi abuela tiene unas cortinas iguales.
- Y la mía, pero en el baño.
- Te lo marca todo.
- Pruébate uno de cuerpo sirena.


Como no me queda muy claro, me giro y les pregunto
- ¿Qué? ¿Os gusta?

Cuatro vestidos más y más o menos el mismo resultado: cuando me pongo el que brilla, es demasiado recargado, cuando me pongo el sencillo, es demasiado simple, cuando el de sirena, demasiadas escamas...


Vuelvo compungida al vestuario, hasta que la dependienta (que ya se ha tomado tres termalgines) me da ánimos y me trae un vestido con tanta tela y tanto vuelo que no cabe entero en el probador y me lo tienen que colocar desde el pasillo.  Salgo ante mi público y advierto:

- Me encanta este vestido ¿a vosotras qué os parece? ¿parezco una princesa?

Se hace el silencio
- Como mucho, la prima esa griega
- No, no, la hija esa de la hermana del rey!

Se ve que no captan las indirectas fácilmente.

La dependienta y la dueña de la tienda que ha aparecido para ayudarla, se miran entre sí compungidas y dicen
- ¡Tenemos una idea!

Al momento traen un velo de dos metros veinte y me lo colocan con una peineta, junto a unos pendientes brillantosos y una diadema con más brillos aún, me giro y los comentarios positivos no se hacen esperar. Al parecer con un trozo de tela que lo tape, el vestido gana mucho.

Emoción a porrillo: mi madre no para de llorar, todas me ven mucho parecido con Sissi Emperatriz, y como en un nube de emoción, lágrimas y rimmel corrido, me miro al espejo y digo:
- Me siento como una novia.

Porque si te vas a casar y eres una mujer, resulta que no eres una novia o por lo menos no te sientes así hasta que tienes un vestido enorme y blanco. Te sientes como un Argaim Boy. Estos son los grandes secretos sobre el mundo nupcial que nadie os dirá.

A partir de ahí, mi madre me abraza llorando, mi hermana me abraza llorando, mi tía se vuelve a poner los tacones que se había quitado hace media hora, para poder levantarse y venir a abrazarme, pero como también está llorando, no ve una castaña y la tienen que ayudar tres de mis damas de honor. Y así, entre lágrimas, abrazos digo bien alto "Este es el vestido de mi boda" , mientras de fondo me parece escuchar  "qué poco pecho tiene esta chica ¿verdad?". Esas son las de Wisconsin, fijo.

El vestido de tu boda se emite en Divinity algunos sábados sí, y otros no, más o menos a eso de las 14, o de las 15, o cuando sea, y si véis un programa entero y no dicen el 80% de todo lo que he puesto en cursiva, os debo una sidra El Gaitero. Si este sábado no toca, podéis intentarlo con otro por el estilo que se ve que los compran al peso, pero el de las bellezas sureñas es este, advierto.



miércoles, 11 de diciembre de 2013

El paradigma perro

Centro de Salud de mi barrio. 11:15 de un lunes.

Una mujer increíblemente atractiva, a pesar de sus repetidas toses y de llevar un kleenex pegado a la nariz, hace cola en la ventanilla de administración:

- Cof, cof. Hola, vengo a cambiar la dirección de mi tarjeta Sanitaria.
- ¿Cuál es tu dirección?
- Tres Peces, 27. Tome, este es el papelito que el ayuntamiento ha tardado dos meses en mandarme después de cambiar la dirección por correo, cosa que no recomiendo a nadie, a pesar de lo ágil que es.

La mujer de la ventanilla, la mira con asco y le devuelve el papel con cara de profundo desprecio.
- A mí esto no me vale
- Pues es lo que me ha mandado el ayuntamiento.

La proba empleada sube la voz, porque todo el mundo sabe que si alguien no entiende algo a la primera, lo mejor es repetírselo exactamente igual, pero muy algo. Como cuando un extranjero que no habla nuestro idioma, nos pregunta una dirección "A LA DERECHA, DERECHA"

- A MÍ ESTO NO ME VALE

La bella enferma recapacita y adopta una maniobra diferente
- Vale, pues entonces quiero que me asignen médico en este centro al haber libre elección de médico en la Comunidad de Madrid

Hubiera sido una jugada maestra, si la ínclita se hubiera enterado de algo
- Pero ¿cuál es tu dirección?
- Tres Peces
- Pues no te puedo cambiar la dirección, porque no me vale este papel
- Vale, ol-vi-da-te de la di-rec-ción, quiero cambiar de médico por la libre elección de...
- Pero ¿cuál es tu dirección?
Nota para los residentes de la Comunidad de Madrid, si queréis pasar la tarde, id a cualquier centro de salud y decir que os queréis cambiar por la Libre Elección Sanitaria. Días de diversión en el centro de salud Pin y Pon.

"¡Oh, no!" pensó la bella enferma!! Hemos caído en bucle infinito, al que (por mis narices congesionadas) voy a llamar "El paradigma perro"

¿De cuánto acá ese nombre? Pues resulta que esta mujer de incontestable constipado tuvo una vez una compañera de piso americana que le contó que tenía un amigo que le conté a ella que ...(qué lío me estoy haciendo con la tercera persona, leñe)

Bueno, pues érase que se era un mozo de los Estados Unidos de América, que era ciego y que un día quiso comprar un billete de tren para ir a visitar a sus padres a Springsfall, Alabama (esto último es posible que no sea exacto).

En fin, que estaba el hombre delante de la típica ventanilla y va y dice....

- Hello ... bueno, hablemos en castellano en honor a nuestros lectores hispanohablantes, señora de la taquilla, pero incluyendo algunas palabras en inglés para que se note que somos norteamericanos. Hola, quisiera un billete para Littletown y ahí coger el tren para Springsfalls, Alabama, USA.

- Usted es ciego ¿no?

- Y usted un lince (lynx) señora ¿me da el billete?

- Son 14 dólares pero ¿tienes el carnet que te da derecho a descuentos varios por ser ciego?

- No, porque no me da la gana, pero gracias por preguntar. Tome, le doy estos bonitos 14 dólares ¿me da el billete?

- Ya, pero si eres ciego te tengo que hacer el descuento y serían 12 dólares.

- Pues vale, muy bien. Coja los 12 pavos (yo es que conozco muy bien la cultura local) ¿me da el billete?

- Pero si no tienes el carnet, no te puedo hacer el descuento.

(suspiro profundo del muchacho)
- A ver, buena mujer de escasas luces, si no quiere no me haga el descuento, pero deme el billete, por su tía Dona Mae.

- Pero es que te tengo que hacer el descuento (discount) porque eres ciego.

- Y usted tonta, si a eso vamos, pero venga hágame el descuento si le da la gana.

- Pero no puedo, porque no tienes el carnet.

- Sob, que es como lloramos los angloparlantes... Pues no me lo haga.

Este bucle podría haber continuado hasta el infinito. Pero la despierta empleada tuvo una idea brillante, bueno... brillante, brillante... tuvo una idea la buena mujer. La primera que tenía desde que la gente se preguntaba quién disparó a JR y ella se dio cuenta de que seguro que era alguien que le tenía manía.

- Si eres ciego, tendrás un bastón ¡Enséñame el bastón!

- No le voy a contestar lo que le enseñaría en estos momentos porque en este blog no se incluye lenguaje procaz. Pero vamos, que bastón (walking stick) no llevo, porque me ayuda un perro guía.

- Pues enséñame el perro guía.

Y lo que el chico (boy) le contó a mi antigua compañera de piso (la de los calzoncillos) es que aquello acabó cuando se imaginó a sí mismo cargando a un labrador de 35 kg en brazos, a la altura de la ventanilla.

Que ¿cómo acabó? Pues no lo sé, pero sospecho que perdió el tren, le pegó un grito o se fue a la estación de autobuses.

Aunque personalmente, me gusta imaginarme que el perro atacó a la ínclita ferozmente provocándole lesiones de por vida.

Yo soy así, me pierden los finales felices.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Concurso nupcial: las apasionantes soluciones

Damos por finalizado este apasionante concurso, a la espera de ese voto que jamás llegó para saber quién desempataba en el último lugar.

¿Cuál será la opción verdadera? Qué intriga ¿eh? Yo no estaba tan inquieta desde la última vez que jugué a eso de quitar el rabito a una manzana haciéndolo girar y decir con cada vuelta una letra del alfabeto: A, B, C... Hasta que se rompe el susodicho pedúnculo y sabes cuál será la inicial del nombre del hombre/mujer de tu vida.

Y si por ejemplo, te sale la F ya sabes que será un Filomeno o un o Feliciano con suerte un Ferminiano. Yo oía que en mi colegio las otras niñas decían Fernando, Francisco y otros por el estilo pero nada, yo de Fanurio, no bajaba.

Lo dicho,  que no sentía tanta intriga desde la última vez que hice este juego. O sea desde el domingo.

Oye que quién te dice que no hay por ahí un Fedor o un Fulvio esperándome.

Como sé que estáis más o menos como yo (sin conocer a ningún Febronio, quiero decir) ya es hora de desvelar cuáles han sido los más menos votados y cuál es el real.

Del menos al más votado...En dura competencia tenemos en el último lugar la opción:

3.- Navajita plateá

Vale, no se llamaba así, pero yo cuando votaba alguien pensaba "otro para Navajita Plateá".

Pues habéis acertado de pleno, porque no, no es la verdadera, aunque en este caso la realidad supera la ficción, porque he visto cosas que nunca creeríais en el asunto "corbata del novio". O según si habéis ido a celebraciones tan selectas como yo, o no. En todo caso ¿alguien puede culparme por refozilarme mientras fantaseaba con que alguien se ampute algo, después de haber visto cómo me ofrecían en una bandejita de alpaca fragamentos selecto del supuesto "calzoncillo del novio?

Y una pregunta ¿quién está dispuesto a pagar para conservar como recuerdo un trozo de tela blanca con dibujitos azules y una etiqueta que pone "Abanderado"? ¿Qué se hace con eso después? Porque si ya el típico regalito de unas peladillas, figurita de los novios en tonos pastel o similar, terminan siendo engorrosa ¿qué se hace con un trozo de calzoncillos?

Y novios del mundo ¿de verdad queréis que lo primero que vuestra suegra guarde para siempre un trozo de vuestra ropa interior?  Pero en fin, yo qué sabré, si lo hace todo el mundo, será que es una señal de buen gusto y glamour, de hecho creo que Carolina de Mónaco lo ha hecho en todas sus bodas: La del play-boy y en las dos que se casó embarazada.

Y así acabaron todas: con los hombres abriéndose 10 o 12 botones de la camisa y las mujeres poniéndose las flores del centro de mesa en el pelo, mientras dicen "estoy un poquito piripi".



4. Tarta volante no identificada


Érase que se era una muchacha que no quería que en su boda no hubiera corbatas cercenadas, espadas toledanas ni otras bonitas costumbres patrias, pero que ¡oh desgracia! tenía un hermano que era empleado de Lord Winston's.

Pero cuando le dijo que pensaba celebrar su boda, íntima y de buen gusto, en algún lugar ad-hoc, oyó como el muchacho le decía que si en su festiva empresa se enteraban de que su hermana se había casado en otro sitio, su empleo pendería de un hilo, como la tarta nupcial.

Así que lo celebró en aquellos concurridos salones y, como obsequio especial a la hermana de un empleado, tuvo todos los extras habidos y por haber: los mariachis, la danza del fuego cuando salía la carne... y por supuesto la tarta voladora.

No, no era yo la hermana casadera, pero sí que me contaron esa historia siendo yo mozuela y me quedé fascinada de que existiera esa especie de salón de las mil y una noches. Y sobre todo pensé "No quiero irme de este mundo sin probar pipas, Facundo". Es que se lo decía a Facundo, un novio que tuve yo a ver si cumplía mis expectativas fruteras.

Pero bueno, después de que Facundo me comprara unas pipas, le dije que yo lo que quería de verdad, era ver bajar esa tarta del techo.

Facundo se asustó viéndome tan interesada por el tema nupcial y huyó fuera del frutos secos. Y ese es el motivo de que no me haya casado y nada más que ese (o a lo mejor fue lo de la suegra cantante, a veces se me olvida)

Algún tiempo más tarde, cuando ya me estaba consolando de lo de Facundo, fui invitada a una boda ahí y casi no podía refrenar mi alegría y mi emoción ¡¡pronto vería la famosa tarta UFO!!


En fin, que no entiendo por qué ha obtenido tan pocos votos está opción, dejando a un lado que sea completa y absolutamente falsa (como lo de Facundo, lo reconozco)


Pero lo demás es cierto y quiero hacer públicamente una reivindicación, no, una exigencia: yo fui a Lord Winston's llena de ilusión y de esperanza y ¡¡jamás vi la tarta bajar del techo!!

Porque bajaba, amigos, bajaba. Yo fui invitada a una boda a ese señero local (signifique lo que signifique "señero") del asunto nupcial y todo el mundo que lo conocía, me dijo lo mismo "Ya verás cuando baje la tarta del techo".

Yo aguanté tooooda la interminable sucesión de platos que me hubiera ahorrado, incluida la langosta de cartoncillo, con la esperanza de contemplar ese fenónemo sin igual.

Pero nada, no bajó. Qué decepción más enorme y lo que es peor, no tengo ni idea de dónde venden las pipas esas ni dónde sacarme un novio que se llame Facundo.


1. Los novios desaparecidos

A solo dos votos de la más votada ha quedado esta bonita anécdota de novios que se casan en una iglesia de capital de provincias y después dejan a los invitados abandonados a su suerte, en un mesón plagadito de cochinillos y muebles castellanos.

Pero vamos a ver ¿dónde se ha visto que los novios no asistan a su propio banquete? ¡Si hay gente que se casa solo por eso! ¿Y cómo van a poder decir después "Fue el día más feliz de mi vida"? Hombre, poder pueden, pero queda un poco mal:

- El día más feliz de mi vida, porque dejé a mis suegros colgados con 40 invitados y una tarta de 7 kilos de chantilly.

A ver ¿dónde se ha visto eso? Poes por lo que se ve en mi familia, porque sí, es la verdadera.

No hay mucho más que contar: yo era pequeña, nos dijeron lo del viaje y que comiéramos y bebiéramos (yo, una Fanta, supongo) y se oyó lo de "que se besen los padrinos" (sospecho que cuando ya había alguno "un poco piripi") pero poco más que decir.

Como no había mucha gente y sobre todo no existía la típica mesa de amigos de los novios, yo sospecho que pasaban de nosotros, que eramos invitados de esos que se invitan porque a tu madre si no, le daría un disgusto. Y si los invitas y pasas de ellos, pues no, que no se lleva el disgusto ese. Porque el disgusto es menos si dejas al tío Antonio comiéndose un cochinillo, por lo menos para el tío Antonio y para tu madre, porque para el cochinillo, no creo.


2. La cantante calva

Ooooh pues no, no me ha pasado nunca nada así y ya lo siento, porque era un recuerdo muy bonito que algún día me hubiera gustado incluir en mis memorias, cuando alguna editorial me pida de rodillas y con un jugoso adelanto en las manos. ¡No, que me pida reptando por el suelo de mi inmenso salón y un jugoso cheque en la boca!  Que me pida publicar un libro en el que se vea enorme mi nombre y mi foto y que diga algo así como "MEMORIAS DE LOQUE" y en letra muy-muy pequeña "Dictadas a un becario que ha corregido las comas y eliminado el sangrante laísmo inherente en tan magna autora"

Pues no, no conocí a Facundo en ningún banquete. Ni en ninguna parte, que también es verdad.

Lo más parecido que me ha pasado en la vida es que fui a una boda cuyo banquete estuvo amenizado por un organillo que interpretaba ora Imagine, ora Guantanamera, ora quién sabe porque al cabo de media hora de organito y media docena de calamares, empanadilla y otros manjares convenientemente rebozados ya no hay quién diferencie un ninoninoooo de otro.

Aunque sí es verdad que en esa boda del organillo estuve en la mesa de esos primos del pueblo que llevan "el pantalón de las bodas" (que no les cierra) aunque yo lo pasé bien, en todo caso, ni aunque me hubieran vuelto a poner la langosta de mentira, hubiera sido quién lo pasará peor de aquella mesa, porque el joven hermano de la novia se llevó sin duda la peor parte. Sobre todo de los fritos variados, cuyo remanente siempre terminaba en su plato, porque cada vez que sobraba algo, los camereros se lo ponían a él y le decían algo así como "Para ti que estás en crecimiento".

Aunque si creía que lo malo de tener unos 20 años y ser espindargo, estaba muy equivocado, como pudo comprobar cuando llegó la hora de los cafés y una señora se personó en nuestra mesa y sin mediar una palabra (ni provocación), le puso una foto ante los ojos y le soltó estas tres crípticas frases
- Alberto. Mi hija. 18 años

El pobre chico, aún con ochocientos gramos de huevo y harina sin digerir en el cuerpo, enfrentado a una foto de estudio de una chica morena con cara de enfadada, se defendió como pudo con un tímido:
- Aaaaah.

No contenta con esto, la madre de la hija de 18 años decidió sacar la artillería pesada y mostrar a su vástaga luciendo toda la lozanía de su juvenil edad, vestida para matar (sospecho que a puntito de salir para una fiesta de nochevieja) y con un seductor gesto solo vagamente enturbiado por el wc en el que había subido la pierna.

El destinatario de tan sutil pose, sudando tinta (tinta de calamar a la roma) miró la foto, miró a la madre, miró al camarero que llevaba toda la noche atiborrándole y encomendándose a todo lo que se le ocurría, dijo lo único que un caballero puede decir en ese momento:

- Muy mona




Bueno, al lío: Charlie Hell fue el primero en acertar este apasionante reto (qué pasa, hay gente que considera que lo último que quiere hacer en la vida es comerse unas pipas, así que si yo quiero llame a esto apasionante reto).

Pero también acertaron Doctora, Elena Rius, Ángeles y Gallo. Enhorabuena a los acertantes que próximamente recibirán en su dirección postal o de e-mail, lo que prefieran, un calamar a la romana de los que no se pudo comer ni ese pobre muchacho.

Están un pelín reveníos, lo reconzco.

Vaaale, vaaale, no se me olvida que prometí a Susana el voto de calidad a la hora de escoger la que será la foto de mi perfil y que todos los acertantes (y los no acertantes, la verdad)  pude votar, pero que Charlie Hell y Susana tendrán voto de calidad.

Y estas son las fotos a escoger, pido disculpas por la pésima calidad de las imágenes y sobre todo porque no aparezca en ninguna una chica enseñando pierna encima del retrete de su casa.

Os recuerdo que mi botín querido desapareció y después apareció y que quiero conmemorar tan feliz reencuentro con estos documentos gráficos que cuentan cómo fue el reencuentro en plan Pimpinela (como en aquella boda)




1. ¿Quién es?



2. Soy yo.
¿Qué vienes a buscar?
A ti.
Ya es tarde.
¿Por qué?
Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti. Por eso vete, olvida mi nombre, mi caja de zapatos y mi piel vuelta




3.  Jamás te pude comprender. 
Pues hijo está muy claro, me diste la patada (como buen botín que eres) y ahora soy yo quién te la da sobre todo si te acercas un poco hijo, que ahí tan lejos no puedo



4. Bueno vale, pero solo si te afeitas la barba y dejas de cantar

5. ¿Nunca has pensado que cantar esto siendo hermanos es un pooc, no sé, como rarito?
Grimosillo, diría yo.


7. Venga tontina, que nunca más me separaré de ti
Pues para andar va a ser un poco complicado, no es por nada





jueves, 14 de noviembre de 2013

Concurso Nupcial



Vuelve el peor concurso de la blogosfera! No se dan premios materiales y cuando se promete uno, no sirve para nada y algunos todavía están esperando su recompensa (inmaterial) .

En primer lugar que sí que ya tengo las fotos de los botines que hay que escoger y en segundo, pues eso, que no, que sigo sin ofrecer recompensas materiales pero insisto en que el ganador puede proponer un tema y yo, gustosa, tardaré mil años en concretar la entrada. No, no huyáis, de verdad, no es para tanto.

Bueno, si alguno aún se atreve a seguir os contaré que este fin de semana he ido de fiesta, en concreto del 30 aniversario de una boda. Que para el que no lo sepa (o sea, yo) son “Bodas de perla”, cosa que nos ha venido muy bien para intercambiarnos correos con el asunto “De perlas” cada vez que teníamos que hablar algo de tan magno evento.

Todo este asunto me ha hecho recordar esa boda de la que yo fui invitada en la mesa de los niños. Sumar mesa de los niños y 30 años… escalofríos me dan, sobre todo porque hay gente que en noviembre sigue con el aire acondicionado puesto y también porque me ha llevado a recordar un montón de bodas a las que he ido en estos años… Bueno, en realidad solo una, y os reto (os reto!! A que suena bien?) a que descubráis cuál de estas es la boda a la que realmente fui.

1     1) Los no invitados:
Yo fui a una boda … a la que no fueron los novios. ¿No se casaron? Sí, sí, se casaron, pero no fueron a la boda. Vale, me habéis pillado, a la ceremonia religiosa sí que fueron, pero al banquete, no.

Todo empezó como cualquier otra boda gris y aburrida de finales de los 70 de esas a las que me llevaban mis padres a Albacete (siendo yo una criatura inocente que no podía defenderse ni huir con la suficiente celeridad) sin que nunca estuviera segura de qué importantísimo pariente al que no había visto en mi vida era el que se casaba.

Bueno, pues ahí que estuvimos oyendo aquello de la epístola a los corintios y esperando que dijeran lo de “podéis ir en paz” que yo pensaba por aquel entonces que se decía porque por fin nos dejaban en paz y nos podíamos ir. Oye, tenía su lógica, además después decía la gente “Demos gracias al Señor”.

¡Pues está claro! Dábamos gracias de poder irnos por fin.

Bueno, después de esto, nos fuimos a un restaurante en busca de la añorada pitanza, que sospecho que acabó con una tarta al whisky ¿he dicho ya que eran los 70?.
Lo único que me pareció raro es que había una sola mesa, bastante larga, pero aún así, éramos bastante menos gente que lo normal. Bueno, lo que también me sorpendió un poco es que los novios no se sentaran a presidir la mesa, sino que nos dijeran

- Os agradecemos mucho el haber venido a nuestra boda y sentimos no poder quedarnos con vosotros, pero os pedimos que por favor, bebáis y comáis a nuestra salud.


Y ahí que nos quedamos bebiendo y comiendo porque nos lo habían pedido y no por otra cosa, eh?
Por lo demás fue una boda muy normal, lo único que de vez en cuando se oía algún:
- Que se besen… los padrinos!

2) La cantante calva
Esto ocurrió muchos años más tarde, en aquella época en la que te invitan a una boda un día sí y otro también que creo que hemos vivido todos y que suele ocurrir entre los ventitantos y los que no me inviten a más bodas por favor.
Esta era una compañera de trabajo que solo invitó a tres de la oficina (no éramos muchos más) y dos no vinieron. Resultado: una boda en la que conocía a una única persona y no se iba a sentar conmigo, precisamente.

De la ceremonia no me acuerdo apenas, supongo que volvimos a recibir alguna carta por error, porque realmente era de los Corintios ( qué asco de servicio postal, los Corintios) y poco más.
Me colocaron donde buenamente pudieron, en la mesa de los Primos Lejanos, llamada también en los 90 Mesa Balki (boda de los 90=chiste de los 90).

La gran sorpresa es que en la mesa no estaba sentado a mi vera, el típico primo del pueblo al que no le cierra el pantalón pero para que se va a comprar otro (si este lo tengo nuevo, que solo me lo  ponga pa’las bodas), sino un chico de buen ver y verbo fácil.

Ji-ji-ji, ja-ja-ja reía yo coquetuela mientras me imaginaba a nuestro hijos coreteando por los prados  y me preguntaba cómo sacaría esas manchas de césped de su ropa. Que no sabéis qué manchas deja la hierba. ¡Cómo se nota que no tenéis hijos! Por lo menos ficticios.

Todo iba de perlas (eh? Eh? Es que la frase sale sola, caramba) y hasta los calamares rebozados me parecían menos revenidos que de costumbre. Lo único que me fastidiaba era, era… era ELLA.
Ella era la cantante en cuestión, que no creo que fuera calva, pero llevaba un postizo di-vi-no, claro que así le hacía conjunto con el resto de su look: tinte de tres colores, flor en el pelo, vestido de leopardo. En fin, el pack completo de Barbie de edad avanzada y criterio estético dudoso.

Pero lo peor no era eso, lo peor no era lo de calva sino lo de cantante, bueno ¿ya he dicho que no era calva? Vale, pues tampoco era cantante, pero armada con un micrófono y un equipo de sonido que no tiene nada que envidarle al de los Rolling, destripaba sin vergüenza ninguna rancheras, boleros y en general, todo el repetorio de Rocío Durcal, artista con la que tenía en común el sacrificio de sus cejas en el altar de la música.

que conste amor que yo ya yo te..te lo advertí que no , que no descansaré hasta que seas mío y nada máaas

Si os parece que hay algo en esa letra que no funciona, eso es señal de que concocéis la canción y ella, no.
Yo iba aguantando aquello  hasta que atacó (porque desde luego es lo que mejor define lo que hizo con esa canción) “La gata bajo la lluvia” ahí  llegó el clímax de su actuación, el nova más, el despiporre.

Imaginaos al chico contando algo supuestamente interesante y a mí poniendo cara de que me interesa
- Cuenta, cuentamente tu mili en Albacete, hombre.
- Pues resulta que me habían colocado una guardia y …
- Y ya no seré tuyaaaaaaaa, seré la gataaaaaaa bajo la lluviaaaaaaaa
- Una guardia, cuenta, cuenta. Me encantan las anécdotas de guardias ¿no acabará con que el sargento te metió paquete verdad?
- Y maullaré por tiiiii
Ahí ya no pude soportarlo y dije
- Cielos ¿ha dicho maullaré?
- ¿Cómo?
- Se ha emocionado la tía ¿eh?
- ¿Quién?
- Esta mujer, de verdad ¿de dónde la han sacado?
- Es mi madre
- ¿Eiiis?

Pues sí amigos, la artista invitada no era artista, pero sí una invitada, la tía del novio para ser exactos y madre de mi exfuturo esposo. Creo que mi acompañante dijo algo más, como quele habían pedido los novios que cantará o no sé qué, porque se ve que la vergüenza puede hacer que te quedes sordo, porque yo ya ni oía, ni nada.
El resto de la comida se me hizo muy larga.
Eterna.


3) La corbata del novio
¿Habéis oído esa historia de una boda en la que los amigos del novio fueron a cortarle la corbata con una motosierra y se les enganchó en la típica cadenita de oro y le cortaron la yugular?

Pues yo, precisamente yo NO fui a esa boda. Sobre todo porque es una leyenda urbana. En todo caso, cuya moraleja apoyo del todo y espero que haga que se abandone esa costumbre bárbara: que los hombres lleven medallitas, medallones y demás tipos de cadenas.

Pues érase que se era la típica boda en la que la gente dice “que se besen, que se besen” y hay un amigo del novio, que domina el humor sutil  añade “ con lengua, con lengua JO-JO-JO”, y otras lindezas. Bueno, este era el líder de un pequeño grupo que le dio al banquete esa pizca de fino picante que se estila en cualquier ceremonia nupcial de postín. Ay qué risa estaba pasando, casi vomito la cena.

Total que llegó el inevitable momento en que se levantó con sus colegas y fueron a cortar la corbata con una navajita de esas de Recuerdo de Albacete, ellos sabrán por qué.

La navajita sin embargo no hacía honor al mundialmente famoso sector cuchillero albaceteño, porque no cortaba nada y después de cosa de media hora intentando cortar la corbata, el amigo en cuestión se terminó por cortar un dedo. Vamos, que se hizo un corte en el dedo, no os creáis que fue la boda de Sweeney Todd ni nada.

Lo realmente grave no fue el corte, sino que aunque tardaron poco en llevarlo a Urgencias, ahí no les hicieron ni caso después de ver llegar a cuatro tíos con las corbatas en la cabeza y evidentes signos de intoxicación etílica y el ínclito chistoso  no pudo volver a la fiesta o bien porque a lo tonto había perdido bastante sangre, o por los puntos, o por el mareo  o por la vergüenza.

Guardo buen recuerdo de esa boda, no sabría decir por qué.

4) O.V.N.I.
¿Os acordáis de Lord Winston’s? Quizá bastantes de los que seáis de Madrid os acordaréis de unos inmensos salones de bodas sitos en un antiguo cine, llenitos de dorados imperiales y lujos principescos, que se habían propuesto la noble tarea de poner al alcance de presupuestos modestos, la boda de Sisí Emperatriz.


Pues bien,yo fui a una de las muchas bodas que ahí se celebraron y sobreviví para contarlo, sobreviví yo, porque el edificio  desapareció demolido, y ahora se han construido unos pisos encima, cuyos residentes no pueden dormir porque no hacen más que oír fantasmagóricos gritos de “Viva los novios” y “Follow the leader, leader…” a horas intempestivas. (estas cosas pasan mucho, ya os lo advertí que yo, no pararé hasta que …)

¿Qué contar de esa noche innenarrable? ¿Que cuando sacaron la carne de la cocina, los camareros salieron bailando haciendo paseillo al carrito del asado y al cocinero que hizo un bonito juego con el cuchillo jamonero? ¿Que salieron mariachis, la tuna de la facultad de Albacete y una parejita que cantaba “a lo” Pimpinela? ¿Qué no había visto pescado más frío, vichisoise más caliente y marisco más congelado en mi vida?

No, no contaré nada de eso, porque todo palidece ante el número estrella! La cosa es que ahí estábamos luchando con los langostinos (vale, con unas gambas que no merecían la muertepese a ser tan rematadamente malas) y oyendo aquello de que la cabeza es lo más rico y esas cosas que se oyen cuando sale un bicho de esos a la mesa, cuando de repente ¡se apagó la luz!

Vaya, un apagón, es lo único que le faltaba a este sitio, pensé, al mismo tiempo que intentaba limpiarme el pringue de las manos, sin saber si estaba usando la  servilleta, la  falda, o la americana del señor de al lado.

Pero no, no se había cortado la electricidad porque  todavía a oscuras escuchamos los rimbombantes compases de una grabación , que había conocido mejores tiempos, de la marcha nupcial.

Y de repente, el cielo se abrió sobre nuestras cabezas!! Pero no era el fin de la aldea gala, sino algo mucho peor, porque no solo se abrió el cielo sino que de él emergió un inmenso objeto volante (bueno, más bien colgante) no identificado:  blanco, redondo, de tres pisos y con dos figuritas encima.

El típico ovni tarta nupcial, vaya.

Aplausos, risas, ooooooooohs, y algún ¿pero no has chupado la cabeza de las gambas si es lo mejor ? despistado acogieron a tan extraño platillo volante que al final, y en contra de todos los pronósticos, aterrizó sin más incidentes para solaz y regocijo de la concurrencia, y del maitre que gracias a eso pudo salir raudo y veloz con la inevitable espada del Greco, mientras el fotógrafo no paraba de hacer fotos, aunque inutilmente porque yo, por lo menos, sin tener ninguna foto, lo tengo grabado en mi memoria. Y no consigo olvidarlo. aunque creedme, lo he intentado.

pd. Voy a estar unos días fuera, si tardo en contestar los comentarios, no es que ya no os quiera.





martes, 5 de noviembre de 2013

Pero usted ¿qué quería buscar?

En esto meses pasados cientos, no! miles de personas se han lanzado a las calles españolas para pedir, no! para exigir que volvieran las búsquedas a este blog. Lo sé, que sus pancartas fueran engañosas o sus gritos pidieran cualquier otra cosa, no me conseguirá convencer de lo contrario.

Y es de lo único que estoy segura, porque por lo demás, me han dejado llena de dudas.

Así que aquí están: las indescifrables búsquedas en guguel que han terminado (como sus esperanzas de encontrar respuesta) en este blog. Una vez más hago notar que su creativa ortografía es la original, sin cesura previa.

300 millones las trillizas maria emilia

¿300 millones de trillizas? Menuda explosión demográfica
¡Y encima todas se llaman Maria Emilia! Miedo me da cómo va a ser pasar lista en las clases del día de mañana

aba bloj psicoanalista

¿Un admirador de Abba con mala ortografía? 

alexander graham bell como lo llevo ala fama

¿Que cómo llevaba la fama Graham Bell? Pues fatal, sé de buena tinta que se le subió mucho y ya no se dignaba ni a contestar el teléfono.


como confesarme que he sido infiel

¿Mirándote al espejo? Eso sí, procura no hablar muy alto no vaya a ser que se entere la parienta, majo, que si te parece duro confesártelo a ti mismo, no te digo yo cómo lo vas a pasar contándoselo a la ínclita.

como se llama la cancion que dice niuyo

¿Igual pero repetido? Niuyo, Niuyo.

Perdón, perdón, que lo he escrito mal: Niuyó, niuyó

Ahora sí.

desenmascarando disney. pata daisy

Eso, eso, desenmascaremos ya a Daisy! Daisy no es una pata, es una golfa... una golfa apandadora!!

Nota: Por favor, por favor, por favor ¿alguien puede decirme qué es un golfo apandador? Bueno, lo del golfo no hace falta, pero apandador. ¿Qué es lo de apandador? En serio... os lo suplico.



en costa rica se puede husar el traje de almirante de primera comunion

¿De húsar en tu primera comunión? No sé en Costa Rica qué pensarán, a mí me parece la mar de original

¡¡Se ha acabado el monopolio de la marina!! ¡Ya va siendo hora de ir cambiando de cuerpo! Busquemos cuerpos locuelos para que los chavales sean los más originales el día de su primera comunión, di que sí, que el muchacho tome la comunión bestido de húsar.


¡Qué narices! De húsar alado polaco!! Sea lo que sea eso!!

en qué año se hicieron los payasos de porcelana

¿Y en qué mala hora.?

en que posision tengo que tener mi brazo si mi mano esta fracturada del radio


¿En una muy incómoda?

entonces no te molestan mis cicatrices

¿Entonces no te molesta contar esto en internet?


feo+feo+es+darle+decirle+cosas+bonitas+y+que+te+diga+ok

¿feo+feo+feo = feo3?



la novia de chencho despues de natalia quien es ?

¿La novia de quién después de quién?

austin kleon cásate bien

¿Austin qué? Eh, Natalia, que parece que este Austin está soltero, aprovecha!

libros de ingles argüir y mary

¿De ingles? Iban de un tipo que se llamaba Arthur al que le gustaba mucho una tal Mary, pero cuando ella le quería enseñar las ingles él se puso a argüir y la cosa no acabó como el público esperaba.

No tuvieron mucho éxito, por lo que tengo entendido.


ligar cincuentonas albacete

¿Sexo en Nueva York versión patria?
 

Pobre, se tuvo que conformar contigo

¿Lector descontento con el blog?

pomis en didujos animados

¿Pomis apandadores?

mi novia era de elche

¿Persona a la que no le salió plan en Albacete?
puedo fiarme de algun vidente africano

¿Acaso puedes dudarlo?

que digo cuando me dicen tomaremos

¿La Bastilla?

que pasa si tienes anestesia general y no comiste nada

¿Que tu anestesista se pone muy contento?

Y no solo tu anestesista, porque cuando te van a operar te lo pregunta hasta la de la limpieza si pasa por ahí.

que sucede si al trasplantar un pino pequeño se me rompe el pan de tierra


¿Que es una vergüenza?
Lo que sucede es que el pan en este país es cada vez de peor calidad. Hasta los de tierra!


quizás quisiste decir: decreto 343 de septiembre 12 del 2008

¿Que yo quise decir quééee???

refran que dice poder comprar un vehículo y no hacerlo es tener clase

¿Usted quiso decir: El que no se consuela es porque no quiere?


miércoles, 23 de octubre de 2013

El final de la película

El domingo pasado estaba yo, después de comer, agonizando delante de la televisión, dispuesta a echarme una siesta de campeonato al tiempo que disfrutaba de los sufrimientos de alguna pobre familia que:
  • Ha perdido a los niños en el súper, o que
  • Ha perdido los niños pero a manos de una niñera obsesionada con la familia, o con los de una pobre mujer que
  • Ha perdido la esperanza de encontrar a su marido que creía que estaba muerto pero que había fingido su muerte después de darse cuenta de que se había dejado a los niños olvidados en el súper y que no tenía niñera obsesiva a la que echarle la culpa.
La película que ponían iba de una chica (¿Esta chica no salía en Santa Bárbara? – Pensé yo - Ah, ya sabemos qué es lo que hizo cuando se le acabó la serie) que se muda a una casa llena de alegría e ilusiones (ella, no la casa) y al cabode unos días empieza a notar que ocurren cosas extrañas:
  • Los cristales tiemblan
  • El buzón siempre está roto o poseído por extraños seres
  • Golpes extraños en el piso de arriba que resulta que está vacío (Será un pájaro carpintero fantasma, pensé)
  • Extrañas psicofonías a media noche, entre las que a duras penas se pueden distinguir algo así como "Mujé crué mujé crué, cómo podríaaa tú queré ay co do hombre a la vé"
Me quedé dormida, a qué negarlo.

Al despertar se ve que la cosa está avanzadita y la muchacha ya se cruza con extrañas presencias fantasmales que se tiran el rollo y hasta por tirar, tiran colillas en el portal.

- Unos guarros, los espectros - Me dije.

Y  las psicofonías cambian y se oyen cada vez más altas "Ay, yo te queríaaaaaaa mujeeer malvadaaaaaaaa".

- Se ve que el mundo paranormal está lleno de mujeres ingratas – pensé - y de muy mal gusto musical, la verdad.

Creo que me quedé dormida mientras pensaba, entre sueños:
-Esta mujer por qué no se mudará ya.

Después creo que me desperté un minuto, pero me quedé definitivamente sopa cuando un ectoplasma le robaba el dinero del butano:

- Hombre por favor, eso no hay quién se lo crea

Al final creo que es que se había mudado a una casa que habían construído encima de un botellón indio, que hubiera sido mejor un cementerio, porque quieras que no, los muertos no son de hacer mucho ruido, por muy indios que sean.

Vuelta a dormirme y vuelta a despertarme, pero cuando había empezado otra película (aunque del mismo jaez). La protagonista (otra actriz habitual de estos subproductos televisivos desde que su tercer divorcio la dejó sin dinero)  se traslada a vivir a un nuevo barrio llena de alegría e ilusiones (ella, no la casa) y al cabo de unos días empieza a notar que ocurren cosas extrañas

- Está claro, han vuelto a poner la misma película - Pensé.

Todos los vecinos son simpáticos... demasiado simpáticos, el barrio está lleno de jardines y arbolitos, la gente la cede el paso por la calle, en los puestos del mercado no se le cuela nadie...

Un día va por la calle buscando una farmacia y la primera con la que se encuentra está cerrada por vacaciones, mientras mira el cartel que indica cuál es la más cercana abierta, una señora se le acerca y le habla, yo pensé que era para colársele, aunque no se viera ninguna cola, nunca hay que menospreciar la capacidad de colarse de una señora, incluso en un establecimiento cerrado.

Pero cuando piensas que le va a decir "Yo estaba aquí antes, como en la cola del DIA que dejé mi cesta en 1956 y eso que ni existía la cadena ni nada" pero lo que le dice es:

- Si busca una farmacia abierta, aquí a la vuelta hay una que abre doce horas seguidas

Y se va con una sonrisa

- Esa es satánica, como mínimo. Le conté a mi gata

Otro día, cuando cruza su calle, un hombre mayor la llama:

- Usted, usted

La mujer aprieta el bolso y el paso hasta que oye que el provecto caballero (qué rápido se pasa de mangante callejero a respetable conciudadano) le dice:

- Usted ¿sigue la moda?

- Ein? (No es de réplica rápida esta chica - Me dije)

- Es que verá, me han dado esta revista con el períodico y como yo no la quiero, he pensado que a lo mejor a usted le gustaría.

- A que es La Atalaya - Le grité

Aún más increíble: una noche llama al ascensor para bajar la basura y cuando llega el susodicho, al abrir la puerta ve a otro vecino con varias bolsas en el interior (en el del ascensor, no del vecino que eso sí que sería sospechoso).

- Umm, no sé si quepo.

- ¿Vas a bajar la basura?

- Sí (por eso tengo una bolsa amarilla en la mano y otra del súper con un nudito muy mal hecho)

- Pues dame las bolsas y ya te las bajo yo, que es una tontería que bajemos los dos

¡Mira, esto sí que no hay quién se lo crea!  Murmuré, mientras buscaba el mando a tientas en el sofá.

Hice zapping un rato, hasta que acabé harta de ver gente que va a subastas de trasteros, gente que hace tartas con formas de trasteros y gente que quiere tener un “sótano terminado” (para usarlo de trastero) volví al canal:

La chica (chica, he dicho chica, aunque la gente insista en llamarle "señora") había descubierto con gran sorpresa  (¡Cómo se nota que no ves Antena 3, muchacha! -  Le grité) que su nuevo barrio escondía un oscuro secreto y ahora se enfrentaba con sus vecinos y al lider de todos ellos: Nemesio, el portero.

Nemesio le dice, mientras le coge unos cartones que iba a tirar al contenedor de la mano para llevárlos él:

- Así es, nueva vecina de inextricable belleza, somos un grupo de robots que hemos creado la comunidad perfecta llena de educación, limpieza y civismo, pero carentes de vida y ese crisol de emociones y pequeños defectos que os hacen únicos a los humanos

- Oh cielos, entonces ¿y si me quedo con vosotros dejaré de oír bachata a todo trapo?

- Sí, pero perderás todas las cualidades que os hacen únicos a los seres humanos

(¿Cuánto he oído yo esto antes?)

-¿Y los vecinos me harán favores en vez de robarme?

- Sí, sí, pero perderás esos miles de detalles que conforman la maravilla de la naturaleza que es el ser hum...

- Déjate de naturaleza humana! ¡Viva los robots! ¡Viva los señores que regalan suplementos dominicales!

Y se quedan todos juntos al final de la película bailando la música de la Guerra de las Galaxias (esto también me es familiar, pero no sé porqué) mientras cantan a coro “cero uno, cero uno, cero, cero, cero unoooo”.

Eso sí: en un local perfectamente insonorizado, con los decibelios controlados y hasta la hora que la ordenanzas municipales prescriben.

Y yo pensé, ¿pues sabes lo que te digo? Que me parece genial porque yo... Yo, robot!!

viernes, 18 de octubre de 2013

Hoy dominamos el mundo en ...

... ese enlace de la derecha, no esa derecha no, la otra, la de Zinéfilaz.

Bueno pues eso que hoy largo un rollo cinéfilo en esa santa casa donde voy un viernes de cada... vaya... esas matemáticas... a ver si 70 x 2 son 150 ... nada, que no tengo ni idea.

En fin, que si os queréis pasar, ahí os lo dejo y si no, os retrotraigo a mi última entrada aquí mismo (por si acaso no la habéis visto)

Y por cierto, que vendo Opel Corsa.

martes, 15 de octubre de 2013

Aventuras morosas a mí VI



Vale, vale, reconozco que en mi anterior entrada dije que los problemas de vivienda era el orgien de cualquier tipo de narración pero solo hablé de cuentos infantiles, pero no es así hay muchos más ejemplos, sobre todo entre las películas. 

¿Qué tipo de películas? Pues de las de intriga (parecen que se están mudando los nuevos vecinos), miedito (ese bulto que sacan del camión de mudanzas no será un instrumento ¿verdad?) y directamente terror (no, es mucho peor que un instrumento musical ¡es un acordeón!)

  •  Psicosis: A lo que llega un hijo con tal de conservar la casa de renta antigua de su madre.
  •  El silencio de los corderos: Los que han pensado hacerse pastores buscando vecindarios menos ruidosos.
  • Poltergeist: Los que se fueron a una urbanización buscando “calidad de vida” signifique lo que signifique eso.
  • Pesadilla en Elm Street: Lo que ocurre cuando te mudas a una calle que es imposible pegar ojo.
  • La Ventana Indiscreta: Por qué es tan importante comprarte las cortinas nada más llegar a un piso  y no estar sin ellas tres meses (como una que yo me sé)
  • Los otros: cuando una casa es tan buena que no la dejarías ni muerto.
  • El exorcista: hasta el diablo se mete en cualquier parte cuando necesita casa.

Yo también mi ración de película de suspense:

Ikea, día 15 de agosto (festivo nacional) por la tarde, en el stand de donde se puede solicitar su tarjeta de crédito  (entre otras cosas). Tenemos que estar de pie mientras nos atienden, porque  solo había sillas para  dos privilegiados clientes, y éramos unos seis, y es que si de algo andan escasos en Ikea es de muebles (además de traductores)

- Hola mira, es que yo rellené el formulario que hay internet para pedir la tarjeta y me ponía que no se había podido completar la operación y que me pasara por aquí
- A veer, tienes el DNI y la última nómina y no sé qué más y un recordatorio de tu Primera Comunión.
- Sí, aquí está todo, mire qué mona estoy mirando al infinito con un misal en la mano
- A ver... (mirando una pantalla de ordenador)
- Pepiiiiiiii ¿cuál es mi número de no sé qué?
Pepi - Prueba con 883509
- El qué??
Pepi - El 883509
- 88 qué más?
Otra compañera - 883509
- 35??
Yo - 09!!

- A veeer, no estás aquí. Pepiiii, no me aparece ¿por qué será?
- ¿Has probado a darle a "Ver todos los movimientos"?
- Pues no, a veeer. No, tampoco... (a mí) ¿tú lo ves?

Y me gira la pantalla para que pueda yo ver, cómodamente, los datos confidenciales de varias personas que que han pedido la tarjeta del Ikea

- Pepiii, tampoco me sale.
- Mira aquí, haz esto, haz lo otro
- Aaaaah, es que la petición está dos veces.
- Porque lo pedí por internet como te dije antes (hace diez minutos y unos cinco “Pepiiiis”)
- Aaaaah puueees... Pepiiiii

Después de un buen rato de  consultas con Pepiiiii, vuelve y me dice:

- Es que te la han denegado
- ¿Ah, sí? ¿Y por qué?
- Pone "no cumple criterios" y eso casi siempre es que estás en un listado de morosos
- ¿¿QUEEEEEEEÉ???
- Sí, sí ¿has dejado de pagar algún recibo del teléfono?
- NO, NUNCA, JAMÁS
- Es que a mí me pasó una vez que me mandaron un recibo del teléfono que ...
- Pero yo nunca he hecho eso
- Y bueno, que terminé en un listado de esos (además de por moroso, se puede entrar por inútil, por lo que se ve) porque me mandaron un recibo que …
- Ya pero yo es que lo pago todo, si el recibo está mal, da igual: lo pago. Si es de mi vecino el del quinto, lo pago igual. Si yo pago el 20 minutos que es gratuíto
- … y me llega el recibo y voy y les digo…
- ¡Si pagaba el Qué, con lo malo que era!

Yo ya estaba aterrorizada porque hay gente que la han metido por error y no la han sacado y son 7 años de mala suerte (en el listado, vaya) y que no me iba a poder comprar los muebles y que era una paria de la sociedad que no podía ni tener una estantería Billy.

Y en ese mismo momento, sin intervención alguna por mi parte me convertí en  Crystal Johnson una ex camarera de Wyscosing que vive en un párking de caravanas con su tercer ex marido, Joe, un ex camionero que de su antiguo trabajo solo conserva la gorra y no el camión que hubiéramos podido vender (Joe macho, menudo ojo que tienes escogiendo souvernis) junto a unos cuántos niños gordos que no sé si son nuestros porque aquí, en el párking de caravanas, todos los niños se parecen mucho y se mueven más, pero a los que doy nuggets cuando pasan por aquí.

Joe y yo debemos tres plazos de la televisión por cable, dos del agua y 58 de la caravana. El wifi y la electricidad se los robamos a los vecinos, pero a cambio se han quedado con la abuelita, Ma Johnson.

Mientras, esta loca seguía contándome su historia con el recibo del teléfono, menos mal que al final me dio un papelito "con el número de la financiera".

Llamé al número “de la finnaciera) día siguiente, le conté mi vida a una pobre mujer que me atendió y cuando acabé me respondío:

- Ya bueno, es que esto NO es la financiera
- Pues es raro, porque me lo ha dado una persona de mucha confianza

Al final me dieron otro teléfono y hablé con no sé quién que me dijo que no me podían dar las razones pero que no tenía por qué ser lo del listado de morosos, ni mucho menos.

Pd. Confirmado no estoy ni he estado en ninguno de esos listados y ahora que sé que no me he convertido en una morosa profesional,  en una persona sin credibilidad alguna  ni, en definitiva,  en una carga inutil para la sociedad, puedo olvidarme de gente de mi misma ralea con la que me había empezado a juntar y ya puedo avisar de que no me esperen en el próximo consejo de ministros.