miércoles, 23 de diciembre de 2015

Navidad en casa de los Lannister

Hola amigos, bienvenidos a nuestra serie de apasionantes documentales antropológicos con los que llenar las siempre difícil franja horaria de la tarde en La Dos y alguna que otra horita de clase de “Conocimiento del Medio”.

La especie humana adopta extraños comportamientos y convenciones de difícil explicación, y si no veamos qué ocurre en el hemisferio norte, en los días inmediatamente posteriores al solsticio de invierno, cuando especímenes de todo tipo y condición se reúnen y comparten cantidades desopilantes de comida y bebida. 

Oye, que desopilante es que causa mucha risa.
Bueno si a mí me causa mucha risa haberme puesto cinco kilos en quince días es cosa mía ¿no?

Contemplemos los pues, tras una opípara comida, reunidos para rendir justo homenaje al elemento central de sus vidas y su cultura: la tele.

¿Y qué pondrán esta noche?
Déjame que adivine -exclama un individuo con los pulgares de una mano puestos sobre la frente, los ojos cerrados y la otra mano extendida frente a sí - ¿A que sale Raphael?
Oye, en serio ¿Qué ocurre con Televisión Española y Raphael? ¿Si no le incluyen en la programación navideña se despiertan con una cabeza de caballo en la almohada?
Lo que yo no entiendo es lo de José Luis Moreno y los especiales de Nochevieja ¿De verdad hay peores maneras de empezar el año que viendo ese pelo tirante de Juncal Rivero?

Se interrumpe al ver como a su cuñado le flaquean las fuerzas y se le doblan las rodillas al tiempo que los ojos se le salen de los ojos.

¿Te has puesto malo, Antonio? 
No, no me pasa nada – explica el interfecto ya sentado, mientras le abanican - es que me he imaginado que me despertaba con la cabeza de Monchito en la cama.
Calla, hombre, que estamos haciendo la digestión ¡Por favor!
Menudo susto que me has dado, había pensado que algo te había sentado mal y teníamos que explicar en Urgencias todo lo que habíamos comido.

Vuelven a centrarse en la inmensa pantalla hacia la que están orientados todos los muebles del salón.
¿Cambiamos el canal? Aquí llevan de intermedio desde los empezamos a comer
Antes de que empezáramos a comer... creo recordar aquellos tiempos, sí.
No quitéis los anuncios, por favor, que estoy intentando averiguar qué perfume le hará más ilusión a mi suegra. ¿Uno en el que sale Giselle Bunchen yéndose de juerga en color, o otro en el que sale Giselle Bunchen yéndose de juerga en blanco y negro? Oye, que es una difícil decisión.
Pues yo ya tengo el regalo de mi suegra de este año: el aparato ese que te lima los pies.
Sí cariño, creo que este año te superas con mi madre. Le va a hacer tanta ilusión como cuando le regalaste el peso para el baño. Ahora ya no va a saber si eres su yerno favorito porque la has llamado gorda o le has dicho que tienen juanetes.
Cómo eres Maricruz, no lo hago por eso.
No, lo haces porque los callos unen mucho a una familia.
… es para los Reyes.
Que llevaron en sus alforjas oro, incienso y limas de callos ¿no? 
Claro tonta ¿no ves que la gente entonces llevaba mucho sandalias y cuidarían mucho esos detalles?

El invitado conciliador, siempre hay uno en cada reunión, pasa el canal y se escucha una sintonía que a todos les resulta familiar.
Mirad, ponen Juego de Tronos
¿Qué temporada?
¿Quién sigue vivo?
Pone “Segunda temporada. Especial Navideño”.
No me lo puedo creer, si en “Canción de Hielo y Fuego” no hay Navidad.
Ya salió el que se ha leído los libros.
Bueno, tienen dioses y eso ¿no? Podían celebrar algo... no sé... A ver ¿Qué dioses tienen? El Ahogado, el Silencioso...
…Mudito y Gruñón!
¿Y cómo lo anuncian? ¿“Se acerca el invierno.... más entrañable”?
Chisst, que ya empieza.

“Un gran salón de la Fortaleza Roja. Interior, noche. Cersei Lannister entra con varias de sus damas y se encuentra con su padre, Twyn Lannister.

Padre – dice con tono respetuoso, al tiempo que hace una reverencia.
Hija, veo que esta noche llevas un vestido talar de hilo de oro.
Ummm, pues así es.
Y veo que seguís siendo rubia, como en la escena anterior que pasaba esta mañana.
Sí, padre, sois muy observador, sin duda.
Lo digo porque a George RR Martin le gusta mucho explicar cómo te queda la túnica y cómo te ciñe y eso...

Les interrumpe Tyrion Lannister que entra en la estancia y saluda de forma correcta aunque con gesto burlón a ambos.

Tyrion -contesta su padre con gesto adusto -  te veo muy mejorado, ya no eres deforme, ni tus ojos son de diferente color, ni tu pelo raruno, ni tienes una cicatriz que da miedo.
Es lo que tiene la serie, que salgo muy favorecido. 
Aún así, creo que no quitaré el gesto adusto que pongo siempre cuando te veo, y cuando no, también, la verdad sea dicha.

Tywn Lannister hace una pausa dramática para que veamos que miradas de odio mal disimulado se lanzan la rubia con la túnica en hilo de oro y cuello y puños de … (que sí, que en los libros lo dice cada vez que aparece que si la túnica es así o asá, comprobadlo si queréis).

Hijos – continúa el padre, por eso dice “hijos”, no sé si se habrá notado. - Hijos, como sabéis, hoy celebramos con una cena opípara y un montón de copas de vino, que adoramos a unos dioses que ahora ya no me acuerdo si eran los nuevos o los viejos. Así que sentémonos a la mesa e intentemos tener una noche “de paz” (sutil guiño).

Los tres se sientan a la mesa y los criados van llenando las copas y sirviendo las numerosas viandas – que es como se dice “comida” en los Siete Reinos -  que llenarán la mesa del palacio, como casi todas las noches, en realidad, que para eso es un palacio. 

El padre toma la palabra en tono solemne y dice, con gesto torvo (es un papel que exige muchos registros interpretativos):

Es triste que en una noche como esta no estemos todos juntos y no pueda brindar con mi único hijo varón con el que no pongo cara de estreñido, Jaime.
Lo sentirás mucho ¿Verdad Cersei? -pregunta Tyrion en un susurro a su hermana. - Ya sabes porque tú y Jaime...
¿Por qué cada vez que hablo con alguien, hasta con mi lavandera, desde que acabó el primer libro (y/o temporada) me recuerdan lo mismo?
Es que hay que reconocer que es de lo más escandaloso
¿Y la de gente que nos hemos cargado? No sé, a lo mejor es un poquito más escandaloso, digo yo.
Bueno, mujer, es que aquí matamos a dos o tres por capítulo del libro y en cada episodio de la serie, por lo menos dejan de pagar quince nóminas.
Por cierto ¿Sabes quién más de los Stark cae esta temporada?

Se oye el grito atronador del padre.
Basta ya de cuchicheos, y no me hagáis espoilers, que me sienta fatal.

Se produce un silencio tenso que los hombres ocupan en dar buena cuenta de los numerosos manjares (¿a que ha quedado de lo más aparente?) mientras Cersei se aburre mucho porque no come nada, que si no no tendría ese tipín y no le quedarían tan bien las túnicas esas en hilo de oro que ciñe con ...

¿Y cómo van las cosas por el campo de batalla, padre? ¿Todos siguen temiendo al león de los Lannister? -pregunta la de la túnica de marras.
Te diré... así, así, en todo caso me alegro de que hayas dicho lo del león de los Lannister, que llevábamos mucho sin decir.
Disculpe padre, los pequeños ya están en la cama, o eso me creo yo que no los veo hace tres capítulos, pero si lo desea, puedo llamar a la mesa a mi hijo mayor Joffrey, para que se una a nosotros. 

El mayor de los Lannister cambia el gesto de adusto a temeroso.

No, no, deja, deja, no te molestes, mejor que nos traigan el mejor, no sé …, ah, sí, el mejor vino espumoso que se puede conseguir en los Siete Reinos, lo he encargado ex profeso para esta noche y ….

Un hombre de confianza, habla confidencialmente con el patriarca de los Lannister y éste exclama enfurecido:
¿Cómo que no tenemos?
Disculpe, pero se han negado a vendérnoslo, en Desembarco del Rey hay escasez y los precios se han disparado, está el kilo de angulas prohibitivo, ya nadie vende a cuenta.
Pues dígales, que un Lannister... un Lannister siempre paga sus deudas -exclama el padre y mira a sus hijos buscando un gesto cómplice.- ¿No os ha hecho gracia? Pues en la Guardia de Palacio se partían.... ¡Qué familia!”

Mientras, en el salón donde los homínidos intentan digerir la opípara cena, alguien piensa “Bueno, si me parece tensa una cena en casa de mis suegros, ya sé que mucho peor sería en casa de los Lannister” y el desdichado Antonio, aún con los ojos como platos, no deja de repetir una y otra vez "¡La cabeza de Macario, no. La cabeza de Macario, no!"


Y con esto, amigos, cumplo con el deseo de Mónica Serendipia que pidió un episodio navideño de Juego de Tronos (cuando ganó el concurso de hace un par de meses) y cumplo con mi entrada navideña y de año nuevo (me temo).

Así que pasarlo muy bien, regalad mucho mi libro, digo... mis libros, que ya tenemos en papel "La librería a la vuelta de la esquina"

¡¡¡MUY FELIZ NAVIDAD (calamar) Y A DOMINARLO TODO EN EL 2016!!


martes, 3 de noviembre de 2015

Presentación de la Segunda Fase de la Dominación Mundial

No es fácil, no señor, el mundo no está por la labor de dejarse domeñar y es preciso reclutar nuevas fuerzas, así que vuelvo a presentar batalla pero con importantes refuerzos fichados para cubrir los frentes Sur-Sureste, Noroeste, Noreste y Sur-Suroeste ¡Ay, el frente Suroeste, qué levantisco me está resultando, pardiez!

Pues sí, amigos, me vuelvo a lanzar a la loca carrera de la escritura, o mejor dicho, de la publicación. Pero esta vez en compañía, que somos diez seres humanos, diez, para no quedarnos cortos.

La verdad es que iba a decirlo con puntos cardinales, pero no me salen tantos, triste es reconocerlo.

Así que nos hemos juntado diez personas para escribir ¿Alguna vez habéis oído hablar de los libros escritos "a cuatro manos", o sea entre dos? Pues imaginad a diez elementos de la naturaleza ahí unidos.

- Pon una coma.
- No, un punto y coma.
- Que no, que no, que ahí va un punto y aparte.
- ¿Y antes no habría que poner alguna palabra? Vamos, digo yo.

En fin, que hubo que dejar de hacerlo así y que cada uno escribiera su propio cuento, porque era un lío horrible. Además de una mentira cochina, sí, eso también contó.

Vamos, que no lo he organizado yo, la generala de estos ejércitos y promotora de la idea es Mónica Serendipia, que siendo como es una persona de criterio incuestionable, decidió desde el primer momento que era mejor que cada uno escribiera su propio cuento.

Y al final juntaríamos los diez cuentos resultantes, aclaro que nos han salido once porque somos de letras y no nos salen las cuentas (y nunca mejor dicho) en una bonita edición.

Y la bonita edición en vez de ir por ahí moviéndola, buscando una casa, como Annie la cansina niña del "Mañanaaaaaa, mañanaaaaa" decidió sabiamente nuestra Gran Jefa Rostro Pálido que lo publicáramos nosotros mismos, vía Amazon, lo que de paso, hace que nos haya quedado de lo más baratito.

Para entrar en tal ejército solo había que cumplir dos condiciones: escribir un relato de menos de quince páginas y que en él apareciera, con cierta importancia, una librería.

De ahí el título de tan magna obra "La librería a la vuelta de la esquina". Y mirad qué bonica es ¡madre!


El género daba igual, el estilo, el final... todo igual, solo que apareciera una librería.

El género escogido por mí ya os imagináis cuál es. Sí, efectivamente, un dramón chungo-chungo. En concreto un drama rural en que contemplamos la Guerra Civil española desde los ojos de un niño.

A pesar de ser una idea original como pocas, no me salía una librería por ninguna parte y además corría el peligro de que tarde o temprano hicieran una película y la terminara presentando Cayetana Guillén Cuervo, con ese buen rollo que desprende la buena mujer. Así que al final decidí cambiar de tercio y dedicarme a lo mío.

En fin, que si queréis descubrir qué tonterí... digo magnas ideas terminé por plasmar, es fácil, además de baratito. ¿He dicho ya que es muy barato? No, vamos, por si se me había olvidado.

¿¿Y va a estar en papel?? Pues sí amigos, estamos trabajando(u) en ello(u), bueno, yo no, pero sí otras manos más capaces que las mías.

En fin, y dejaré de hablar de mí y de mi cuento y hablaré de las primeras espadas que conforman este dream team de las letras que ... ¿A nadie se le ocurre ningún otro tópico más? No sé, algo sobre "las antiguas pesetas" y no las de ahora. O sobre "los emprendedores".... Da igual, dejadme sola, estoy lanzada!

Las más grandes estrellas de la canción española que triunfan en nuestro suelo patrio y en toda Hispanoamérica. Ya está, estoy desatada, ha salido el Lauren Postigo que dormía en mi interior (y yo que pensaba que era una indigestión).

¿Alguien tiene los mismos milenios que yo y recuerda Cantares? A lo mejor solo conocéis a tan insigne rapsoda por "Cachitos de Hierro y Cromo", o mejor aún, por la imitación de Martes y Trece y su Lauren Castigo. Si es así, tranquilos, era exactamente igual. Si acaso, se quedaron cortos.

Aquél hombre empezaba con un:

- Hola amigos, buenas tardes, bienvenidos al Corral de la Pacheca.

Y eso era lo último que entendía de todo lo que decía, después había tal revoltijo de palabrería y adjetivos que ya quisiera Javier Marías.

Cielos, qué tardes aquellas delante de la tele oyendo aquella verborrea y pensando:

- ¿Pero cómo pueden ser TODOS la más grande estrella de la canción española aquí y en Hispanoamérica? ¡Si yo no conozco a ninguno!

Vale que también estaba yo en edad de conocer solo a Mazinger Z, pero aún así, me resultaba sospechoso.

Quizá pensabais que lo de las barcas era mucho, pero eso porque no oísteis esta presentación que hizo de Lola Flores "Su cuerpo nace en Jerez pero su arte nace en primaveras de múltiples olores".

Para mañana quiero una redacción de 300 palabras sobre esta frase, además del análisis morfológico, sintáctico y de tóxicos.

Sobre todo el de tóxicos.

-Porque Lola es raza, calentura de verano (yo no sé qué le estaba llamando a la mujer, si queréis que os diga la verdad)

En fin, que así me quedé y así os voy a presentar a estos nueve primeros espadas (ya empezamos). Es posible que se me hayan colado algunas frases de Lauren Postigo, el Castelar del Corral de la Pacheca.

Ana Bolox, la más grande estrella de la canción de intriga clásica británica nos regala un juego policíaco del que es maestra de maestros, alcanzando los más altos puestos en el mundo del espectáculo, en nuestra tierra patria, en la Gran Bretaña, y donde haga falta.

Javier de Rios,  el más grande experto a ambos lados del charco (e incluso en medio) en temas de publicaciones, ebooks, concursos literarios y la paella (que también le sale muy buena), ataca el género realista con brío, raza y grandes éxitos por toda la geografía patria.

Alejandro Gamero, el más grande artista forzudo (no se cansa de mover la Piedra de Sísifo) de España y las cuatro quintas partes de América Latina, se decanta - con todo el tronío -  por el género realista que cuece en tinajas de aceite hirviendo aderezado con soles.

Rebeca C. Garin, la más grande figura de la reseña y las noticias de literatura de altura (nunca ha vivido por debajo de un quinto sin ascensor) en Nördlich nos ofrece un relato policíaco por soleares y seguidillas, que hará las delicias de todos sus lectores gracias a su fuerza y su poderío.

Ana González Duque, tan fantástica como el género que nos ofrece, conocida por estos lares como la más grande Doctora Jomeini que ha habido y habrá, escritora, doctora, comunity manager y amiga de esta, su casa, el Corral de la Pacheca.

Mónica Gutiérrez Artero, su voz surgió como una ola que su amor trajo a mi vida y como una autora que vendió hasta cansarse (si es que de eso se puede cansar un) con dos libros ya, y camino de más. Generala nuestra, amiga mía y reina de la morería, que el día que tú naciste grandes señales había de que nos harías sentir tan bien como tu relato feelgood.

Aránzazu Mantilla, Zazou, la más grande artista de la meseta y del norte de España, sus bolos por toda la geografía patria con su Bibliomanías, otros desvaríos y mi ventana al mundo son casi tan legendarios como escritora - vencedora en mil gestas - de relatos que la convierten en una estrella aquí y en toda Hispanoamérica (Toda ¿eh?, no se deja ni un trocito, en Tierra de Fuego la siguen mucho).

Desirée Ruiz Pérez, la más grande artista del relato breve y el microrrelato del frente Este con el mismo descaro de su voz laína y penetrante nos ofrece un relato a medio camino (ni un centímetro más acá ni uno menos) entre el romanticismo y el misterio.

Y qué decir de JAP Vidal, de su poderío y de su fiel reflejo de nuestras tierras y nuestras gente (el plural siempre viene bien, es como el de "Yo soy fanS"), en Retalls de Lectura, y que nos ofrece, a golpes de ritmos eternos un relato que nunca olvidareis. Sobre todo cuando os leáis, antes, va a ser difícil.

Y no podemos olvidar a la prologuista MientrasLeo, la más conocida bloguera literaria de esta España nuestra y de toda Latinoamérica, con ramificaciones por los lados, nos ofrece prólogo con tanto tronío como sus muchas actuaciones de éxito a lo largo y ancho de todo el orbe.

No me quiero despedir (vosotros sí, queréis tiraros por un puente, de hecho) sin mencionar a Javier Morán Pérez (Mork), el diseñador de la portada que recorre nuestras tierras pueblo a pueblo (y probablemente vaya corriendo de un lado a otro), para deleite de las gentes sencillas y de las complicadas también.

Y ahora, queridísimo público me voy (por fin) que sé que ha sido largo, pero más largo se me hacía a mí el programa de Lauren Postigo, no sin antes recordaros que nuestro masnífico libro está disponible a un precio sin competencia de 1,98€ por tiempo limitado (no como mi verbo) y después por otro precio imbatible.

También disponible en maxi-single y musicasette.

Y si os gusta (o no, pero no os importa mentir) dejad un bonito comentario en Amazon diciendo que es la más grande recopilación de relatos del mundo, y si se os escapa un bonito comentario para mi Edwina (la mayor de la familia) no lo dudéis, que está muy solita.

Y recordad que están en Amazon, y que Amazon no se acaba donde viene el mar, hay barcas para seguir.

domingo, 18 de octubre de 2015

Y por fin... la respuesta.

Previusli... Habíamos dejado a nuestra heroína (a nuestra bella heroína, por qué no decirlo) en el Aeropuerto de Roma dentro de un avión, a punto de abrir la boca para ayudar a pasar a su hermana (su bella hermana, por qué no decirlo) el miedo al avión.

No diremos "miedo a volar" porque cinco horas después de llegar a Fiumicino, todavía no habían despegado, ni aquella situación tenía visos de acabar.

Pero bueno, por lo menos nuestra bella heroína había conseguido utilizar la palabra visos en una frase con sentido. Con no demasiado sentido, por qué no decirlo.

En fin, que ahí estábamos mi Sister y yo (qué giro argumental ¡la autora era la bella heroína de nuestro relato!, sé que no lo esperabais!) avanzando por el pasillo del avión y no paraba de pensar "¿Y qué le cuento yo ahora?".

Porque, oh amigos míos, lo de la zarzuela estaba totalmente descartado. Los motivos son muchos, además de los antes mencionados.

- Venga mujer ¿De verdad cantas tan mal?

En realidad, no sabría deciros si canto bien o mal. Ni yo, ni nadie. Porque hasta hoy, nadie me ha oído cantar jamás.
- ¿Tan tímida eres?

Pues no, mi querido recurso narrativo. Es que literalmente, nadie me ha oído cantar en la vida, porque carezco por completo de voz. Si acaso, me han intuido.

Baso esta afirmación en una bonita anécdota de mi juventús (sí, volvemos a dejar a nuestro heroína en el pasillo del avión que a este paso van a salirle varices).

Érase que se era que estaba sentada en el salón y sonó alguna canción en la televisión que me debía gustar mucho-muchísimo, porque me arranqué a cantarla llena de entusiasmo.

Mi compañera de piso, que en ese momento estaba en la cocina salió con cara de intriga, me miró un segundo y exclamó:

- ¡Anda! ¡Qué eras tú que estabas cantando! Estaba cocinando y me ha parecido oír como un sonidito... como un hilillo de voz y me he preguntado qué sería.

¡Y pensar que la gente se cree que lo peor que te puede pasar al compartir piso es que alguien no haga su turno de limpieza!

Y después de este lamentable incidente músico-inmobiliario y volvamos al pasillo del avión, que estaba de bote en bote, porque esos vuelos (los que salen tarde) siempre, siempre van hasta arriba de gente y siempre, siempre, siempre llevan un viaje de fin de curso, si no más.

Así que ahí estamos rodeados de adolescentes como están los adolescentes cuando están en grupo, lejos de sus padres y lejos de su medio ambiente.

Dóciles y encantadores, vaya.

Y silenciosos, sobre todo muy silenciosos.

Aunque la que no callaba era yo, que no paraba de contar la serie en cuestión, pensando que en todo caso, en breve despegaríamos y pasaría el peor momento.

Después de un tiempo razonable de órdenes, amenazas e intentos de asesinato por parte de profesores y azafatas, los estudiantes se sentaron y hasta es posible que alguno se pusiera el cinturón, y todo.

Yo seguía contando y contando, cuan Sherezade aérea, bueno, terrestres, porque ya había pasado un buen rato, y el avión no despegaba.

Claro que, quizá para amenizarnos la espera, teníamos un bonito espectáculo y las luces se apagan y se encendía constantemente.

Quedarse a oscuras en un avión, la situación ideal para una claustrofóbica... y su hermana. Que no paraba de hablar... ¿Y qué contaba? Pues para explicarlo, volveremos al concurso, y veamos las opciones.

Series americanas

- Perdidos
Tenía puntos para ser una buena opción: capítulos a cascoporro y aunque no me acordara de nada y la mitad de lo que le hubiera contado hubiera sido de mi propia cosecha, la línea argumental no hubiera resultado más inverosímil e incoherente.

Claro que quizá no hubiera sido muy buena idea empezar con la frase "Esto va de un avión que se estrella y ..."


- Breaking Bad

¿Habéis visto ese capítulo de Padre de Familia en que afirman que los espectadores de Breaking Bad han sido abducidos para tener que decir que es la mejor serie del mundo? Y que si acaso, pueden decir "Y si no, The Wire"

Pues nada, yo no la veo por si acaso me pasa eso. Sí, lo confieso, nunca he visto Breaking Bad y además no sé, pero es que no me apetece verla.

¡Podéis escupirme, podéis perseguirme, podéis maldecirme por ello!

O mucho mejor, podéis mandarme billetes de 100 euros

¿Existen billetes de 100 euros? Lo he dicho así, a lo loco.


- Scandal

Pobre, mi hermana, si me hubiera tenido que ver durante horas imitando los mohines (los tres) de la ¿actriz? que protagoniza la serie. No la quiero tan mal.

La Barbie presidencial poniéndose chunga.
Anatomía de Grey

Bueno, esta serie la escribí yo, personalmente, hace unos años ¿No me creéis? Pues aquí está la prueba, pero es que me robaron la idea, y de paso también sacaron House.

Estoy tan enfadada que no quiero ni mencionarla, y además no me veo capaz de ponerme a mirar a través de la ventanilla del avión con los ojos semicerrados a lo Meredith.

Cómo defender a un asesino

Pues sí amigos, entretuve a mi (sufrida) hermana con una serie igual de verosímil que no sé... el pelo de Donald Trump y aún más enmarañada que ... el pelo de Donald Trump y a ratos tan absurda como ... sí, cualquier cosa que pueda tener en la cabeza Donald Trump en la cabeza.

La verdad es que me hice un lío monumental con el argumento (mira, como Donald Trump, que también abre la boca y no sabe lo que sale de esa boca)

Lo mejor fue cómo intenté imitar por el pasillo del avión los andares de la pobre XX con esas faldas de tubo que parece que le hubiera colocado su peor enemigo.

La serie merece la pena solo por ver cuántos problemas tiene al andar (la pobre)


Han acertado Mónica Serendipia y Charly Hell

Españolas

- Cuéntame

A veces, cuando me aburro, me entretengo en pensar qué me pone más nerviosa, Imanol Arias como Antonio Alcántara o como Imanol Arias
(gel Magno)

Capítulo para contar durante un vuelo tiene, desde luego, pero más bien uno transoceánico, creo yo.

De todas maneras no tengo yo buenas relaciones con esta serie, ni con sus protagonistas, y eso que los conozco bien, realmente bien.

Sin ir más lejos, lo conté hace poco en twitter, que un día vi de oferta el Gel Magno y me lo compré, pensando que me traería buenos recuerdos y al final lo tiré porque cada vez que salía de la ducha, me parecía que me acababa de enrollar con Antonio Alcántara.

Vale, aclararé que no era el Magno normal, sino uno más pequeño que regalaban, se llamaba... no me acuerdo... Magno Intenso, o Magno Macho, no sé...

- Vis a Vis

Pues sí que me gusta esta serie, aunque francamente, no sé si es total y absolutamente fundamental para el desarrollo argumental que las actrices se quiten el sujetador en todos los capítulos.

Y vamos, que después de decir esto, no consigo que la vea cierta parte de los lectores, yo ya no sé qué decir.

Pero no, pensé que tanto espacio cerrado, para mi pobre hermana, no era lo más adecuado.

También descarté contarle Con Air, a pesar de lo bien que me sale imitar al peluquín de Nicolas Cage.


- Granjero Busca Esposa

Efectivamente, los espacios abiertos de nuestra patria, hubieran resultado muy relajantes, todo lo contrario que momentos como aquel en que un supuesto candidato al matrimonio le decía a sus dos invitadas (las esposas buscadas) que las dejaba solas para que limpiaran la cocina.

Francamente, no he visto mucho más que eso, porque consideré que ni toda la post-producción chistosa del mundo podría quitarme ese mal sabor de boca, suspaqué más.

- Bajo Sospecha

Ni se me ocurrió en ese momento, quizá porque solo vi un capítulo, en el que me quedó claro (eso sí) dos cosas

- A esta serie se le podrán echar en cara muchas cosas, pero nunca que no sea sincera: ocurre en el pueblo con más sospechosos por metro cuadrado del planeta tierra.

- O Blanca Romero tiene un único registro interpretativo (el del cabreo monumental)  o un problema muy serio con el reflujo gástrico. (Quién sabe a lo mejor vio el capítulo ese de la cocina de Granjero busca Esposa)

- Allí abajo

Pues sí, ha llegado el momento de confesar una verdad incómoda (además de lo de la falta de voz), he visto Allí Abajo. O por lo menos unos 4 capítulos, pero algo me dice que no me he perdido demasiados matices de la complicada trama: chico vasco conoce chica sevillana en una Andalucía con más tópicos andaluces que todas los sainetes de los hermanos Álvarez Quintero y los chistes de Chiquito de la Calzada juntos.

Y ahí le iba contando...
- Entonces sale un señor con un mechón de canas así como las mofetas que es un caso del extraño caso del acento andaluz mutante porque a veces sesea y a veces cecea. Y hay veces que hasta en la misma frase dice "Ase muzo caló", es terrible.

- Y va el chico, el prota y habla con su cuadrilla que son todos de "Vaya Semanita" y dicen todo el rato "Cagoensós".

Tan solo Mae Wom ha averiguado con qué torturé a mi pobre sister, así que no tenemos a ningún acertante absoluto y sí, tres acertantes parciales. Así que Mae Wom, Charly Hell y Mónica Serendipia... si queréis podéis proponerme un tercio de tema.

Vaaale, no, si queréis, un tema completo. Hoy estoy así de rumbosa.


domingo, 13 de septiembre de 2015

Y por fin... el regreso.

Pues bien, estábamos en Roma..
- Pero ¿¿sigues con esa historia? Tú ¿cuánto tiempo has estado en Roma? ¿Tres meses?
- Psíiii, más o menos, tres días a principios de verano, pero como no había terminado de contarlo...pues ... me he dicho...
- Te lo tomas con calma ¿eh?

Acallemos esta exigente voz interior y volvamos del verano para contar cómo volvimos de Roma (bien traído ¿Eh? ¿Sí? ¿No? Voz interior ¿tú qué dices?).

Antes de nada, he de contar que mi hermana-sister tiene un poco de claustrofobia y hace ya tiempo le recomendaron que si empezaba a sentir agobio en una situación en la que no pudiera salir al exterior (como viajar en un avión, verbigracia) lo que tenía que hacer era entretenerse con algo: lectura, un crucigrama, la construcción de una Torre Eiffell con palillos.

Lo de la construcción de la Torre Eiffell con palillos (a pesar de sus grandes posibilidades artísticas y el reto de hacerlo con turbulencias) no la llenaba, se ha decidido por la escucha activa del género chico, y cuando va conmigo, me paso medio viaje cantando zarzuelas.

En el trayecto a Nueva York, le canté La del Manojo de Rosas entera, y medio Agua, Azucarillos y Aguardiente. Al bajar del avión, nos pidieron un bis, que conste.

Eso y que nos volviéramos en otra compañía, no sé por qué.

Y dos cosas quiero dejar claras, una que no canto nada mal, de hecho soy como un ave canora, canora canta canora, no (si no lo digo, reviento).

Lo que pasa es que nunca he entendido bien lo que dicen  y solo canto cosas como "Por el humo se sabe dónde el fueeeeego, y el eeeeh eeeeoooooooooo" y "Hace tiempo que vengo al taller y no sé a qué vengooo, nanino naninooo, ninoooooo"

Imaginad un viaje trasatlántico oyendo a una tía cantando "Lalala laaaaa eeeh, de la Paloma..., eeeoooo de la China-na"

La segunda es que todo es una cochina mentira, no lo de la claustrofobia, ni lo de que me solo me sepa lo del fueeeegooo, sino que se me ocurra ponerme a cantar zarzuela en un vuelo.

Y es posible que lo del ave canora tampoco sea del todo cierto.

Y que conste que eso no significa que una servidora no vaya llevando su patria allá por dónde va, como la primera vez que viajé en avión, que al aterrizar en Amsterdam los auxiliares de vuelo se despedían de los pasajeros diciendo:
- Good byyyye
- Bye byyye
Y cuándo pasé yo, dijeron:
- Ta'luego

Que dije yo:
- ¿Tanto se me nota que soy española? Si lo sé no me traigo la bata de cola. Y me bajé cantando "De España vengo, soy española"

Pero volvamos a Fiumiccino o mejor dicho, volvamos al hotel, cuando estábamos esperando al transporte (o transfer, si eres de los que dicen running) del propio hotel que habíamos contratado para que no nos volvieran a tomar el pelo como a la ida.

Ahí estábamos, esperando al coche en el recibidor del hotel, rodeados de maletas y con una de esas conversaciones filosóficas de esperar para volver a casa:

- Bueeeno, pues ya se ha acabado ¿eh?
- Pues sí, pues sí.
- Y esta noche, ya en casa.
- ¿Alguien lleva las tarjetas de embarque?
- Hay qué ver qué pronto acaba lo bueno.
- Ya lo decía Jorge Manrique
- Sí, era mucho de olvidarse la tarjeta de embarque, Jorque Manrique.

En esto apareció ¿el conductor? No, hombre, mi hermana que se había ido al baño hacía un buen rato y volvía transida.

- Pero ¿No habéis visto que hace media hora que me había ido? ¡¡Me he quedado encerrada en el baño!!

Qué baño más cariñoso, oye, no nos dejaba marchar. Nos despedimos de él con lágrimas en los ojos (sobre todo porque seguíamos sin encontrar las gafas de sol), y le dimos nuestro facebook y el whatsapp.

Es majo, está bien que mantenga el contacto aunque, la verdad, manda unas fotos que dejan mucho que desear.

En fin, que después de este último secuestro sanitario, por fin salimos camino al aeropuerto, donde llegamos sin ningún inconveniente. Y donde empezó una de esas esperas eternas de un avión que llega con retraso (un vuelo que sale con retraso, lo nunca visto ¿verdad?)

Cuando por fin llegó, ya casi-casi-casi habíamos olvidado el viaje, menos a nuestro querido amigo el baño cariñoso, que ese es inolvidable.

Yo, cuando avanzábamos por esa pasarela que une el aeropuerto con el avión que al parecer no se llama finger y es como lo del running, pero que pienso seguir llamando finger porque "pasarela-que-une-el-avión..." es un pelín largo, mi hermana me dijo:

- Sister, cuéntame una película.

Que es la señal convenida para que yo empiece a largar por esa boquita, ya estaba calentando la voz (mi-mi-mi-miiiiii) pero una mirada admonitoria de la sobrecargo del vuelo me disuadió de representar una nueva Antología de la Zarzuela en el aire.

Y es que en su mirada me parecía ver reflejado este pensamiento:

- Será que no ha sufrido ya esta gente lo suficiente con tanto retraso.

Eso y una generosa cantidad de rimmel (que es como lo del transfer, ahora que lo pienso), y es que ya se sabe que las auxiliares de vuelo no son parcas en maquillaje.

También me paró que eso de que cante yo zarzuelas en público (ni en privado) es, como ya he dicho, completamente falso. Aunque la verdad, si me pusiera yo a cantar con tono engolado "La del manojo de rosas" también ayudaría a mi querida hermana, que ya os digo yo que el menor de sus problemas sería un poco de claustrofobia.

Incluso aunque fuera un mucho.

En fin, que decidí contarle, efectivamente, una película, o para ser exactos, una serie, que es más larga,  por si tardaba mucho en despegar aquello.

Una pregunta ¿Cuál hubierais contado vosotros? Mejor dicho, dos preguntas, porque hay dos categorías. Os doy unas cuántas opciones.

Extranjeras (americanas, vaya)

a) Perdidos. 

Todavía no la ha visto, y si cientos de miles de espectadores del mundo entero estuvieron en vilo con la dudosa viabilidad comercial de la iniciativa Dharma y la cara de pasmao de Jack ¿cómo no iba a entretener a mi espectadora?

b) Breaking Bad. 

¡La mejor serie del mundo! ¿Cómo no se la iba a contar?

c) Scandal.

Vale, no es muy buena, pero con tanta vuelva y revuelta, me daba para varios viajes transoceánicos.

d) Anatomía de Grey.

Cuando llegamos a Barajas, los protagonistas se habían enrollado ya hasta con los de la cafetería.

e) Cómo defender a un asesino.

De paso, le sirve para aprender a hacerme la defensa legal por si algún día me da por ahí.


Españolas:

a) Vis a vis.

Confiaba en que la trama la atrapara tanto como a mí que me meto tanto en la intriga, que hasta se me olvida lo poquísimo que me interesa lo rápido que al parecer se quitan esos sujetadores reglamentarios.

b) Allí abajo

Vale, tiene la mayor cantidad de tópicos tontorrones por minuto de emisión, pero se trataba de contar algo ligerito y fácil de digerir.

c) Granjero busca esposa.

Por no ser, no es ni una serie, pero pensé que todos esos espacios abiertos le vendrían bien ¿No?

d) Cuéntame cómo pasó.

Ideal para vuelos largos, no me lo negaréis. Eternos, diría yo.

e) Bajo sospecha.

Cuando llegamos a Barajas, mirábamos de soslayo hasta a la azafata rubia y al azafato con esclava (ya he dicho que la compañía era italiana ¿no?)


Escoged, escoged las vuestras, y el que acierte ambas dos, es una por categoría, podrá escoger el tema de una próxima entrada. Premio este que a la mayoría de la gente no le hace la más mínima ilusión, pero a mí me saca de un apuro.


viernes, 17 de julio de 2015

Roma, citta aperta, o no. (II)

Pues bien, estábamos en Roma, dispuestos a conocer una ciudad llena de restos arqueológicos, iglesias, barrios pintorescos, museos... o en palabras de mi sobrino "Vamos, que aquí hay un monumento detrás de cada esquina ¿no?".

Efectivamente, el muchacho tenía razón, literalmente había algo que ver en cada esquina, y solo tres días para recorrerla.

- Os preguntaréis qué vimos ¿verdad? Si el Coliseo, si el Vaticano..
- Pues la verdad es que no.

No me extraña ni lo más mínimo, la verdad.

Así que por una vez seré breve, y contestaré como esa gente que pasa 30 años viviendo en la selva amazónica y le preguntan cómo fue su odisea de supervivencia y se toma su tiempo, para decir al final:

- Difícil

Así os diré que Roma es (atención al adjetivo que jamás habréis escuchado)

- Bonita

Si de esta no me contratan para el Lonely Planet, no sé cuándo lo harán.

Lo dicho, voy a dejar a un lado los restos del Imperio Romano de Occidente, los museos y las mil y una iglesias, para centrarme en algo realmente importante: las puertas de los baños de nuestro hotel.

No me digáis que vosotros no os fijáis en eso cuando vais de viaje, por favor.

Está Trip Advisor hasta arriba de fotos de puertas del baño del hotel de la gente, y comentarios y de todo. Y qué decir de feisbuk, hasta las fotos de pies han sido desbancadas ante la imparable avalancha de selfies de gente delante de la puerta del servicio de su hotel. 

Ya, ya, ya sé que estaréis hartos de verlo, pero no puedo evitarlo, es un tema tan apasionante....

Termas de Caracalla, el tema va de baños


Empecemos por el principio, el hotel lo escogimos por su ubicación y porque mi sister y su Santo habían estado ahí años ha y guardaban bastante buen recuerdo, tanto como para volver. Lo que no guardaban eran las gafas de sol de mi hermana, que se dejó olvidadas en el servicio de recepción y jamás aparecieron. 

Íbamos cuatro personas que, a lo loco, nos metimos en una habitación para cuatro. Reservar una habitación más grande que la típica doble, supone al llegar al hotel un inevitable tira y afloja de:

 "Esto no es una habitación de cuatro, sino una normal y corriente en la que habéis conseguido meter cuatro camas, algo que no nos satisface, aunque encontramos meritorio vuestro esfuerzo"

El siempre necesario:

"Esta... ¿qué es? ¿la hija pequeña de la la habitación que sale en las fotos de vuestra web?"

Y el habitual:

"Y además estos no son los droides que estabais buscando"


En fin, que después de estas breves discrepancias sobre el concepto "habitación para cuatro personas" terminamos bastante satisfechos en una habitación que sí era la que salía en las fotos de la web.

De los droides, nada, ni idea, los buscamos denodadamente en los desayunos, pero que si quieres arroz.


El único problema era que el cerrojo del baño era algo caprichoso e imprevisible, para que os hagáis a la idea, una especie de Escarlata O'Hara de la cerrajería, pero sin pamela.

No sé si conocéis esa modalidad de puerta que cuando estás dentro, sigue abierta, y en cuánto sales, se cierra. Personalidad contradictoria, la llamaría yo.

Útil, puede que no, pero siempre sorprendente.

Sobre todo para el encargado de la recepción al que hay que avisar a las once de la noche porque nadie puede entrar al baño. 

Aunque la verdad, por la cara que traía el muchacho, sorprenderle, lo que se dice sorprenderle, no le sorprendía mucho. Por la cara y por el destornillador y otro cacharro que se ve que le tocaba utilizar con tanta frecuencia como para tenerlo en la recepción del hotel las 24 horas.

Era ese típico diálogo imposible de desayuno de hotel que todos hemos mantenido alguna vez:

- ¿A dónde vamos hoy? 
- No sé, lo que digáis.
- ¿No tienen fruta fresca?
- No sé, yo por si acaso me he cogido un zumo.
- ¿A vosotros también se os va y se os viene la cobertura de móvil?
- No sé, lo que digáis.
- Oye ¿qué tal están los croissants?
- Mejor que el zumo, en todo caso.
- ¿Se dice croissant o cruasán?
- ¿Alguien sabe dónde está la guía?
- Ni idea
- ¿Y los droides que estamos buscando?

Cuando uno decidió dar un golpe de mano a la situación y si no se podía a la situación, pues al zumo de piña que me cayó en la ropa.

El desayuno se amenizaba con esta magnífica muestra escultórica, así se le cae el zumo a cualquiera




















Me levanté y fui corriendo - vale, mi versión de "ir corriendo" - al baño que había en recepción. La mancha no diré que me la quitara pero a cambio descubrí que los cierres de las puertas de este baño, en dura competencia con los de las habitaciones, también se cerraban caprichosamente.

Claro que lo descubrí ... dentro del baño.

Menos mal que llevaba el móvil y podía llamar... a gritos, porque se había vuelto a perder la cobertura (cuánta volubilidad en un solo establecimiento hotelero!)


Ahí fui pasando por las diferentes fases de la depresión:

Negación

No, no, esta puerta se tiene que abrir ¡Se tiene que abrir!

Ira

Maldita puerta.
Maldito móvil.
Maldito parné que por su culpita dejaste al gitano que fue tu querer. 

Negociación

A ver, si vuelvo a llamar ahora, seguro que funciona.
Y si muevo el pomo con decisión, se abre. Bueno, no, con delicadeza, no. Un poco a la derecha... ¿no?

Depresión

Noooooooo, mi cuerpo aparecerá aquí abandonado, un cadáver con un pertinaz olor a zumo de piña

Aceptación

En fin, siempre hay que ver el lado bueno de las cosas, si muero estando de vacaciones, no tendré que volver al trabajo.


Al cabo del tiempo, oí unos pasos y empecé a pedir ayuda, sin saber qué idioma utilizar.

- Help, per favore, por favor, ayúdeme. Bueno, si es usted alemana no, que las alemanas cuando rescatáis os ponéis un poco chungas.

- Que soy tu hermana!!! No me digas que te has quedado encerrada.

- No, es que he pensado que para qué ver las Termas de Caracalla si podía ver un lavabo alicatado hasta el techo.

En fin, tras la visita de otro recepcionista con el mismo destornillador y cara de rutina habitual, se produjo un emocionante reencuentro digno de Sorpresa, sorpresa con estas emotivas palabras de mi Sister.

- Dime hermana ¿no habrás encontrado mis gafas de sol, verdad?




miércoles, 8 de julio de 2015

Roma galáctica (I).... y resultado sorteo

En vista de que no había alegaciones, publicaré al final de la entrada, los ganadores del sorteo del libro, pero antes... una bonita historia.

Érase que se era una niña inocente que conoció breve, muy brevemente la bella Roma, fue en medio de uno de esos viajes infernales en los que se ven 52 países en cuatro días.

¿Se ven? Más bien se intuyen.

Y en medio de ese viaje que parecía calcado de "Si hoy es martes, esto es Bélgica" descubrió Roma y se quedó alucinada, y le dijo a su madre:

- Mamá (porque era muy fina y nunca decía "mama") tira una moneda a la Fontana de Trevi, que yo quiero volver.

Y la madre rebuscó y rebuscó en su bolso y encontró un céntimo pocho, cuando no se utilizaban los céntimos en España, que se ve que le habían colado en un cambio y que llevaba esperando años el pobre que le sacaran del fondo del bolso, todo roñoso y aburrido.

Y eso es lo que tiraron, y pensó la niña:

- Pues anda que como tenga algo que ver volver con lo que hayas tirado, no voy a volver en la vida.

Y pasaron los años, las décadas, los siglos, los milenios (bueno, uno), las eras geológicas y la niña (ahora mujer de incontestable belleza) no conseguía volver a la Ciudad Eterna, que se ve que era eterna porque le estaba costando una eternidad el volver.

¡Hasta que por fin, volvió a la ciudad Imperial! A Toledo, en concreto, en verano de 2014, y unos meses más tarde, a Roma.

Aquí, el primer capítulo de tamaña aventura. Cambiemos la persona verbal y volvamos al Siglo XXI. Música de cambiar el tiempo verbal y de avanzar muchos años, que es la misma, más o menos.

Volamos a Roma en un bonito avión de Alitalia, la diferencia entre un avión de Alitalia con uno de Iberia es que en vez de zumo de naranja asqueroso de cartón, te dan aranciata que es una de esas cosas que, al ser italianas, solo por serlo, mejoran.

Y la diferencia con un avión de Ryanair, que te dan algo, algo que no es la matraca con que compres lotería, vaya.


Llegamos de noche al aeropuerto de Fiumicino, que también es exactamente igual que cualquier otro mega-aueropuerto del mundo, pero que también parece mejor por el nombre que tiene: "Fuimicino"

No me digáis que no suena a pasar las vacaciones en "La Riviera", a los años 50 y mujeres que viajan en descapotables con pañuelos de seda estilosamente anudados.

Por cierto ¿alguna vez habéis ido en descapotable?
- Sí, mujer.
- ¿Por carretera? ¿En el asiento de atrás?
- Mmmm no.
- Pues yo sí, y me hubiera gustado llevar un pañuelo.
- ¿Para el pelo?
- Para ahorcarme más bien y acabar con mi sufrimiento.

Os juro que el pelo ya me daba igual, ya solo me importaba llegar viva a mi destino, y a ser posible, sin que las gafas hubieran salido despedidas en el P.K. 25,300 de la Nacional II.

Sí, amigos sí, ir en descapotable (por lo menos sin que el parabrisas te proteja) es de esas cosas que pueden parecer divertidas y glamurosas pero que en la vida real son incómodas, como poco, y pueden llegar a ser profundamente irritantes.

Como hacer un viaje en caravana con tu grupo de futuros ex-amigos o no llevar ropa interior.

En fin, que llegamos al aeropuerto de noche, como uno llega a un aeropuerto: cansado, somnoliento, despeinado, cargado con las maletas.... vamos, como si hubieras viajado en descapotable, pero aún conservando las gafas.

Pero mientras hacíamos una cola interminable con un montón de gente que estaba como nosotros de agotados e irritables (quizá viajaban con amigos... o sin ropa interior) y nos entreteníamos en ver los carteles que llevaban todos los taxis que anunciaban el precio único del tramo "Roma - Fiumicino: 48 €",  ignorábamos que estábamos a punto de vivir una maravillosa aventura con un personaje increíble.

¡Sí, amigos, estábamos a punto de conocer a un taxista Jedi!

Por cierto ¿vosotros pronunciáis "yedi" o "yedai"? Yo ahora pienso "Era un taxista yedai". Pero  suelo decir: 
- ¿Los iguocs qué pintaban en "El retorno del yedi"?

Lo bueno es que la película anterior se despacha universalmente diciendo "El amperio contra Paca", que si no...

Pero dejemos esos bosques donde vivían esos peluches que una desconocida llega a su territorio y le hacen unas trenzas, y llegan unos soldados imperiales y labores de peluquería no les hacen, precisamente, y volvamos a Roma.

Como os decía, conocimos a un taxista Jedi al que la fuerza le permitía conducir sin tocar el volante.

Sí, sí, lo haría con "La Fuerza" o con la rodilla, pero lo cierto es que con una mano sujetaba el móvil y comprenderéis que el otro lo tenía que utilizar para gesticular ¿no? 

No solo era Jedi por eso sino porque consiguió convencernos de que - a pesar de que su propio taxi anunciaba que costaba 48 € - a él le teníamos que pagar 60 € porque eso era Roma - Fiumicino, pero no Fiumicino - Roma.

¿Veis como no os mentía cuando le he llamado "personaje" y además "increíble"?

¡Y cuando le insistimos nos soltó un rollo larguísimo en italiano a cien palabras por segundo, sobre un peaje o no sé qué, que lo malo no es el rollo que nos soltó, sino que también soltaba el volante, que ahora necesitaba las dos manos para gesticular!

Que al final decían todos:
-  Cóbrame los 60 € pero no me mates, hombre.

Menos yo, que decía
- Ya sabía yo que no volvía a Roma, por lo menos viva.

Aunque lo mismo lo que estaba era haciéndonos los gestos esos para que pensáramos que esos no eran los droides que estábamos buscando.
Lo que pasa es que debía estar aprendiendo y se le escapaba de vez en cuando lo que era él y el resto de los honorables miembros de su covacha, y acababa diciendo:

- ¡Ladri! ¡Ladri!

En fin, que dejamos al Jedi en prácticas antes de que aprendiera a robarnos las maletas a golpe de espada láser y comenzamos la visita.

A la vuelta, se nos ocurrió que si desde el hotel nos pedían el taxi, era más probable que llamaran a alguna compañía de taxis que no se hubiera pasado al lado oscuro. En la recepción nos dijeron que ellos tenían un servicio de transporte puerta-puerta en monovolumen por 50 €, o sea, apenas 2 € más que el precio oficial.

Después de contratarlo, me decía mi hermana:

- Seguro que lo tienen en sentido contrario, si lo hubiéramos sabido, nos hubieran podido venir a recoger al aeropuerto y no hubiéramos hecho la cola.

- Ni el canelo, hermana, ni el canelo


Continuará...

Anexo: El resultado del sorteo de ese libro nuevo que lo está petand... vale, vale, de mi libro, lo reconozco.

Decíamos ayer que había que escoger un número del 1 al 41.

Y los afortunados son el 16 y el 39

Que son Ex-Seminarista Ye-Ye y Sara Cira

Enhorabuena a los premiados y espero que me mandéis vuestras direcciones de correo postal para que Branson os haga llegar los ejemplares.




lunes, 6 de julio de 2015

Resultados sorteos y breve promesa

Finalizados los plazos de los sorteos hete aquí los participantes de uno y otro y los ganadores:

Sorteo Las Pequeñas Mentiras de Laura Balagué

Participantes

  1. Ana González Duque
  2. La Esi
  3. Isa
  4. Yakoytroy
  5. Ana Bolox
  6. Jane Jubiliada
  7. Saramaga
  8. MadreconCarné
  9. Mª Ángeles Bookeandoconmangeles
  10. C.F. Durá
  11. Isaura B.P.
  12. ExSeminarista ye-ye
  13. Ana María García
  14. Isabel
  15. Ángeles Arca Bustelo
Como no había puntos ni condiciones, sorteo entre los 15 a la de tres, sin más ambagajes, mientras busco cómo se escribe "ambagajes" que no me lo reconoce Blogger.


Y los ganadores son Isa y (chachaaaaaaan), no perdón, e Isabel... curiosa coincidencia.

Enhorabuena, os lleváis un libro de esos que lo mismo sirve para bajártelo a la playa, como para ayudarte en momentos bajos. Escribidme un mail a loquemeahorro@gmail.com con vuestras direcciones y la editorial os los enviará en breve.

Y a todos los demás, muchas gracias por participar y recordad que existe un trámite legal para que os podáis cambiar el nombre a Isabel y que os toquen todas los sorteos.


Sorteo Confesiones de una Heredera con demasiado tiempo libre (quién le habrá puesto un nombre tan largo!) de Servidora Dediosyusté

Bueno, pues esto es más complicado, porque se ha apuntado gente que no está en el Club de Lectura, y era una condición indispensable, pero como me explico tan rematadamente mal, creo que al final voy a incluir a todo el mundo, y asignar un punto por inscribirse, aunque sea, porque en fin, digamos que había un defecto de forma.

De todas maneras, para que sea un poco más justo, voy a asignar dos puntos extras a todos los que sí se apuntaron (sobre todo porque se dieron cuenta a pesar de mis extrañas explicaciones)

1- 7     Mª Ángeles Bookeandoconmangeles (7 puntos)
8-12    Clarita2102 (5 puntos)
13-17  ExSeminarista Yeye (5 puntos)
18       Charo Prado Romo (1 punto)
19-21  Doris Muca (3 puntos)
22-26  MaríaT (5 puntos)
27-29  Aurora López (3 puntos)
30-34  Vane Garrido (5 puntos)
35-41  Sara Cira (7 puntos)

Voy a dejar un par de días para ruegos, preguntas y otras cuitas sobre este extraño recuento de puntos, con el que yo, por lo menos, me he hecho un taco impresionante.

Nota: La breve promesa es incluir pronto una entrada "de verdad"

Nota2: ¿Alguien me puede enviar algún tratado de matemáticas básicas, no sé, en plan "El hada de los números" o "Contar con Teo es fácil", o quizá "Mi primer sorteo, chispas"?




sábado, 27 de junio de 2015

Presentación en Sociedad de la muy noble Miss Edwina Locke

Amigos míos, prestadme atención, os lo imploro, he de comunicaros varias magníficas noticias:

1) Aún os podéis apuntar al sorteo de los dos ejemplares de "Las pequeñas mentiras", merecido premio La Trama de novela negra y obra de una lectora del blog, Laura Balagué.

2) Aún os podéis apuntar al Club de Lectura de Edwina, que comienza el lunes 29 de junio (si os apuntáis más tarde, tranquilos, que no se lo diré a nadie) y de paso, apuntaros al sorteo de dos ejemplare de "Confesiones de una heredera con demasiado tiempo libre" (Edwina para los amigos), merecido... ¿libro? y obra de la autora de este blog, servidora de Dios y usted.

3) Ya somos 90 miembros en el Club de Lectura, noventa, ninety, quatre-vingt-dix ...
Quatre
Vingt
Dix
Hay quién dice que los franceses fueron invadidos durante la Segunda Guerra Mundial porque sus comunicaciones militares por radio no eran muy ágiles cuando se trataba de explicar posiciones, batallones y otros datos numéricos.

Falacias y más falacias.

4) Que por fin, nuestra querida Edwina ¡hará su presentación en sociedad!
Y lo hará por todo lo alto: el próximo viernes 3 de julio a las 19 horas en La Casa del Libro de la Gran Vía de Madrid.

Sé que ha tardado un poquito, pero es que organizar una puesta de largo de una señorita tan importante no es fácil, no os creáis.

Así que el que esté en Madrid, el viernes que viene, que no lo dude y venga a La Casa del Libro a conocernos a Edwina, a servidora y a un gran número (o eso espero) de nobles damas y caballeros que ahí se darán cita.

¡No faltarán los sándwiches de pepino!

¡Bueno vale, sí que faltarán!

Y como primicia a todos mis lectores (los tres) os puedo decir ya cómo será la presentación en sociedad de Edwina. Sí, sí, yo lo sé ya, sin esperarme al viernes, ni nada

En realidad algunos os acordaréis porque lo conté hace tiempo y después, el viento se lo llevó, pero ahora, como una primicia (repetida) mundial, os ofrezco la primera carta de Edwina (de Edwina-Edwina, no de "la otra") en la que cuenta cómo fue (irá?) su presentación en sociedad.
Mi querida amiga,

¡Por fin se ha producido mi presentación en sociedad! Tengo que contarte todos los detalles porque esta es, sin duda, una de las ocasiones más memorables en la vida de una jovencita. A mí, por lo menos, se me han hecho eternos estos dieciséis años hasta que ha llegado.

Los preparativos para mi gran noche comenzaron horas antes, cuando todo un ejército de criadas y familiares femeninos vinieron a resaltar mi belleza natural por medio de todos los afeites, lazos y postizos habidos y por haber. Al principio me resultó incluso divertido. Tres horas más tarde, algo menos. 

El pelo me tiraba horriblemente del moño que me hicieron y además la joven segunda doncella que me hizo los bucles me quemó tres veces la oreja izquierda. Lo último que pude oír por ese lado fue a mi tía diciendo “Mary, guarde los pendientes de la abuela, que creo que no van a hacer falta.” 

Cuando por fin llegó el momento, hice mi entrada triunfal bajando la escalinata con majestuoso porte, setenta horas de trabajo de fina pasamanería encima y sorda de un oído para toda la vida. 

A mi paso (o eso me pareció) se oyó un oooooh de admiración, bueno quizá el oooooh no era de admiración, sino porque parecía una lámpara de araña.

¡Qué noche, querida! ¡Qué noche! No paré de bailar en toda la velada, ora con un conde, ora con un duque, ora con un señor que no tengo ni idea de quién era pero con el que me cruzaba cada dos por tres.

Y todos aquellos jóvenes se interesaban muchísimo por mí y no paraban de hacerme sutiles preguntas como “¿Cuántas libras anuales diría que consideran sus tíos que es lo adecuado para dotar a una jovencita tan encantadora como usted? Así, por hablar de algo.”, “Esos pendientes de diamantes ¿Son suyos?. Por lo menos el de la única oreja que le queda.”

De todos mis pretendientes que ese día surgieron, Freddy Ploverhead es sin duda el más incapaz y, por lo tanto, mi favorito.

Cada vez que mi tío y tutor, Lord Worthington, veía que le prometía los siguientes dos bailes, se lo llevaban los demonios. A mi tío, se lo llevaban los demonios y a mi tía, sus compañeros de partida. 
Que a ella su familia le preocupa como al que más, pero siempre dice que cuando juega al whist, le importa más un séptimo punto que una sobrina primera y que un segundo marido. 

Pero mi tío no ha olvidado a Freddy, y desde aquella noche nos ameniza todas las comidas negándose en redondo a permitir mi boda con semejante botarate. Lo sé porque con el bastón que le regalamos las últimas navidades se dedica a dar golpes contra la mesa (de fino repujado continental) mientras grita:

- No te casarás con ese bo-ta-ra-te. 

¡Ay, cómo voy a echarlo de menos el día que me case y deje esta humilde mansión de quince habitaciones que es mi hogar! 

En esas ocasiones yo me levanto de la mesa, me llevo un pañuelito a la cara con mucha afectación, estiro el brazo izquierdo todo lo que puedo para disimular que me sale chepa con los vestidos que me cosió la segunda doncella (que a este paso, no llega a primera, eso si llega al verano), y llorando digo:  “Pues me mataré.”

O "me meteré en un convento", o cualquier otra pamema que se me ocurra en ese momento, y abandono el comedor con grandes suspiros. Intentando siempre que estos arranques de dignidad herida coincidan con el día que la cocinera, Mrs McGalaway, prepara su pudding de morro relleno de riñones.

Tuya por siempre, o hasta que tenga un marido del que ocuparme,
 Edwina 



lunes, 22 de junio de 2015

Más sorteos, más club, más "de tó"

Mientras os apuntáis al Sorteo de Las Pequeñas Mentiras de Laura Balagué os recuerdo que queda una semana para apuntarse al Club de Lectura de Confesiones de una Heredera con Demasiado Tiempo Libre.

Así que para celebrar tan magno acontecimiento, creo que por fin ha llegado el momento.

Sí, ya va siendo hora, voy a ¡¡¡Sacar la Sidra el Gaitero!!

Bueno, y por fin regalar mi libro, que ya iba siendo hora.

Así que entre los que se apunten habrá un sorteo de dos ejemplares.

Además, se darán puntos por
+2 puntos por anunciarlo en facebook
+2 puntos por anunciarlo en twitter

Sus dejo que me voy de vacaciones, por eso no podré contestar comentarios, etc... pero ya veremos los apuntados al club y ¡¡Sacaremos la sidra...vale, jo, ya lo dejo

Fecha límite de participación: Sábado 4 de julio

miércoles, 17 de junio de 2015

Regalitos y una invitación

"Harry se despertó con ese pertinaz martilleo en las sienes que sentía últimamente por las mañanas. 

O a las cinco de la tarde, como ahora.

La visión borrosa de las botellas de bourbon vacías que aparecían desperdigadas por el suelo de su apartamento, le dio la explicación. (Se nota que este tipo es detective, vamos bien)

Se incorporó a duras penas y se dirigió a la nevera de su apartamento, donde solo encontró tres cervezas y medio envase de comida china comprada -hace más tiempo del que podía recordar- en el restaurante de Madame Cho, el establecimiento más sórdido de todo Chinatown. 

En realidad, a dos manzanas de su casa había un restaurante asiático mucho más barato, con mejor comida y que cumplía escrupulosamente con todas las normativas de sanidad, pero dejó de ir al comprobar que no disponía de ningún callejón trasero en el que le pudieran abordar un grupo de mafiosos chinos con aviesas intenciones.

Se bebió una de las cervezas de dos tragos y encendió un cigarrillo. El desayuno de los campeones. (Irónica, muy bien María del Carmen, el Cosecha Roja es tuyo)

Después entró en el cuarto de baño, el espejo le devolvió la imagen (Ahí te he visto Maripili, eso sí que ha quedado profesional) de un tipo al que a duras penas reconoció: barba de cinco días, rostro macilento y el ojo derecho amoratado e hinchado, tanto que apenas sí podía abrirlo. 

Era la tarjeta de visita que dejaron anoche los matones de Joe El Cangrejo (Nota: ¿¿este no es uno de los malos de Mortadelo y Filemón??)

Recordó a duras penas que después de que los dos ex-boxeadores que le hacían ese tipo de recaditos al Cangrejo le utilizaran como saco de boxeo (Bien traído Maria de la Encarnación, porque como eran boxeadores...) bebió todo el whisky que pudo hasta quedar inconsciente. (Nota: ¿este hombre no debería estar ingresado en la UCI?)

Miró al tipo del espejo a los ojos (bueno, al ojo ¿no?) y se dijo a sí mismo en voz alta:
- Jo, macho, ahora a ver cómo hago que la rubia explosiva de turgentes carnes (hay muchas turgencias en estos libros) se lancé a los brazos de este despojo humano." (Nota: me parece que me he perdido)

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Como veis, parece que que mi primer comienzo de novela negra está encontrándose con algunos escollos en su camino, además de con una colección de tópicos más larga que "El Tiempo" de Televisión Española.

Quizá debería intentar otro estilo pero sin salirme del género. No sé, novela policiaca en plan ... A ver qué os parece esto

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"- Y el asesino es... el mayordomo -exclamó el teniente Simpleness con acento triunfal, al tiempo que señalaba al imperturbable sirviente que aún mantenía la bandeja de los cóctels en las manos con gesto profesional.

- Lamento tener que disentir con usted, mi querido Simpleness, es imposible que fuera Jenkins -le interrumpió Mr Owl con una sonrisa bailándole en los labios.

Ahora que había conseguido la atención de todos, Mr Owl comenzó a limpiar su pipa con mucha ... pachora (Nota: buscar sinónimo de "pachorra" que cuadre en una mansión británica).

- ¿Podría solicitarle que aclare esa afirmación? -le preguntó gentilmente la anfitriona de la mansión, la duquesa de Host.

- Por supuesto -respondió Mr Owl, pero continuó con su labor de limpieza que, por el tiempo que le requería, no se había realizado desde los tiempos en que la reina Victoria aún no se había puesto de largo.

- ¿Y podría solicitarle que lo haga antes de que se enfríe el asado? Porque a mí, tener un cadáver en medio del salón no me inquieta excesivamente, pero detestaría tener que hacer esperar a la cocinera, que ya saben lo difícil que es encontrar buen servicio hoy en día...

Un murmullo de aquiescencia se oyó en la sala. (Nota: buscar si aquiescencia significa lo que creo que significa)

- Sí, sí, si fuera usted tan amable...por favor. -interrumpió Miss Goodgirl la deliciosa sobrina de los duques, una jovencita de mejillas sonrosadas y candor en la mirada que había ido a pasar el fin de semana al campo con sus tíos, y ahora se debatía sobre si debía vestirse para la cena, o no, porque la aparición del cadáver suspendía la etiqueta. 

Algo que lamentaría terriblemente, porque había traído el vestido perfecto para la ocasión, y que un deceso fuera de programa le impidiera lucirlo daría al traste con una planificación de semanas. 


- Venga, amigo, no sea tímido -exclamó Mr Foreinger, el joven y alegre piloto de carreras americano que con su vitalidad y franca mirada se había granjeado la enemistad de todos y cada uno de los invitados en la mansión. 

Excepto de Miss Goodgirl que le llevaba lanzando lánguidas miradas desde el desayuno, sin que el joven americano reaccionara de ninguna manera.

Claro que no contaba con que en el Nuevo Mundo las caídas de ojos de alguien que se enfrenta a un plato de riñones a las ocho de la mañana no se suelen interpretar como inicio de un cortejo, sino como una clara aversión a las vísceras de buena mañana.

- Por favor, Mr Owl ¿Sería tan amable? -preguntó Sir Landowner, el inevitable pariente rico de la familia al que habían invitado al evento con la sana intención de que revisara su testamento si es que no estaban en él, o si ya figuraban, que no los sacara.

Sir Landwoner tenía tanto dinero como poca afición a gastarlo. De hecho su falta de prodigalidad había llegado hasta las palabras, y hacía años que no pronunciaba un solo predicado.

Mr Owl se seguía afanando con la preparación de su pipa.

- Si lo prefiere, puedo ofrecerle uno de mis cigarros puros, son de la mejor calidad y es posible que podamos resolver este acertijo antes de que empiecen a llegar los vecinos para preguntar por qué hemos invitado a un cadáver a pasar la velada -exclamó Mr Host, sin poder evitar un deje de rudeza en su voz porque el fin de semana estaba siendo un gran fracaso social, por no hablar de que le inquietaba la factura del tinte de esa alfombra sobre la que el finado había tenido el mal gusto de caer muerto.

La gente debería saber que no debe morirse en los salones ajenos, y menos aún, poco antes de la cena.

Su esposa susurró un "querido" al tiempo que le lanzaba una mirada recriminatoria, algo muy meritorio teniendo en cuenta que su refinada educación le impedía mover más de un músculo facial a la vez. (Nota: si hay versión en cine, preguntar si Nicole Kidman está libre)

- Por favor, caballero, explíquese -dijo ya con una manifiesta impaciencia el teniente, mientras pasaba el peso de una pierna a la otra, ya que nadie le había invitado todavía a tomar asiento y además comenzaba a sospechar que el mayordomo no le iba a traer ese jerez que le habían ofrecido.

Mr Owl cesó por fin su hercúlea misión de limpieza y miró uno por uno a todos los invitados entre los que no hemos mencionado a la señorita Amapola y a Mr Mandarino, y seguro de contar con su atención explicó lentamente:

- La razón por la que Jenkins no puede ser el culpable es que .... ¡El mayordomo nunca es el asesino!

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Vaya, a lo mejor tengo que trabajar un poco en la trama ¿No? Y es una pena porque por lo demás yo creo que me estaba quedando bien, y además un rato original.

Empiezo a pensar que la novela negra y policiaca no es lo mío, quizá debería dejárselo a los que de verdad lo hacen bien, a gente incluso que haya ganado algún premio, no sé... a algún lector de este blog.

Porque sí, amigos y amigas, una lectora (y comentarista) de este blog es la primera ganadora del Premio de Novela Negra La Trama, nuestra Niu de Mones, alias Laura Balagué (y no al revés).

Y a la flamante ganadora, en cuánto se le apagaron las llamas,  se ofreció a regalar a sus compañeros de dominación mundial (sí, también está en el ajo, guiño conspirador), dos ejemplares de la novela ganadora: "Las pequeñas mentiras".


Yo la he leído y le doy mi aprobación más entusiasta (yupiiiiiii), como podréis ver aquí y no soy la única: novela policíaca española de calidad, sin lugares comunes ni argumentos manidos ni detectives alcohólicos que aún recuerdan a su tercera ex-esposa.

Insisto: a mí una mujer que ha escrito "Carmen se contuvo, no le parecía el momento de pelearse con su cuñado. Eso podía esperar a Nochebuena", se merece todos mis respetos.

Bueno, y como para todos no hay, habrá que hacer un sorteo. Pero sin puntos ni zarandajas, ponéis aquí "Que sí, que me apunto ¿eh?" y ya está, apuntados quedáis.

Aunque claro, si lo anuncias en facebook, twitter, vuestros blogs, o la hoja parroquial de vuestro barrio, os lo agradeceríamos (ambas dos) con la más expresiva de las sonrisas (que no vais a ver, pero bueno).

Yo, por mi parte, espero que con estos presentes y dádivas perdonéis mi inexcusable ausencia en esta vuestra casa

Una cosa ¿si es inexcusable, cómo lo vais a perdonar? Y si es vuestra casa...  ¿qué pinto yo aquí?

Bueno, pues lo dicho, que os recomiendo el libro vivamente (no es peloteo, palabrita), y que si no consigo hacerme perdonar así, lo intentaré invitándoos al club de lectura de Edwina, que va a comenzar próximamente (29 de junio) en el Territorio Lector del feisbuk de Planeta.

¿Veis? Dominamos el .... planeta.... ¿Eh? ...

Vaya, me temo que este chistecillo sí que no hay quién me lo perdone.

Nota: este sábado 20 de junio, en Madrid en la cool librería Tipos Infames, Laura Balagué estará presentando su libro por la tarde. Id en mi nombre (que yo no estoy en Madrid!)

Nota2: El final del sorteo será el sábado 4 de julio (actualización tardía, lo sé)